El autor de "La desfachatez intelectual" considera que los intelectuales españoles, ante alguna de las cuestiones más candentes de los últimos años se han pronunciado en ocasiones de un modo frívolo, hablando de cosas sin haberse molestado en documentarse antes y emitiendo juicios categóricos y tajantes. Les pide que salgan de su aislamiento y que se comprometan más con su tiempo histórico conociendo mejor lo que tienen que decir colegas suyos de otros campos.