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Mateo 5:1-12 (RVA)
1 “Y VIENDO las gentes, subió al monte; y sentándose, se llegaron á él sus discípulos. 2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo: 3 Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos. 4 Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación. 5 Bienaventurados los mansos: porque ellos recibirán la tierra por heredad. 6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán hartos. 7 Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos alcanzarán misericordia. 8 Bienaventurados los de limpio corazón: porque ellos verán á Dios. 9 Bienaventurados los pacificadores: porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia: porque de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados sois cuando os vituperaren y os persiguieren, y dijeren de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos; porque vuestra merced es grande en los cielos: que así persiguieron á los profetas que fueron antes de vosotros.”

Hoy nos corresponde una bienaventuranza que está en armonía también o citado ocasionalmente en relación a un hecho que ha acontecido hace pocos días, la muerte o fallecimiento de un líder que ostentaba u ostentó el Premio Nobel de la Paz Nelson Mandela. Vamos a meditar esta bienaventuranza: “Bienaventurados los pacificadores: porque ellos serán llamados hijos de Dios.”

Hemos venido a estudiar todo el Sermón del Monte porque queríamos estudiar en contraste como habíamos hecho la Ley de Moisés. La aplicación, la interpretación correcta de la Ley. La importancia que tiene en la vida de la Iglesia y en la vida del cristiano; pero, hemos querido ampliar este concepto del lugar que ha de ocupar la Ley de Dios en la vida del cristiano, buscando la interpretación que el Mesías le ha dado. Hemos hecho énfasis en que hemos de ver aquí al Mesías fundando el reino mesiánico en su etapa del reino. Aquí tenemos los principios de lo que es el reino mesiánico de Jesús. Los principios que rigen y también insistimos en que lo que vemos en el Sermón del Monte y bienaventuranza es el carácter de aquellos que forman o constituyen parte como pueblo este reino del Mesías, esta teocracia, este reino que está llamado a ser eterno.

Cada una de las Bienaventuranzas y todas ellas conforman el carácter de verdadero cristiano, de verdadero hijo del reino. Todas y una por una, así también insistir en una verdad que no podemos eludir y que ha de servir para examinarnos siempre, que carecer y más de una forma absoluta “carecer” de las virtudes o del carácter o de la forma de ser estricta en cada una de estas bienaventuranza es evidencia externa no se es hijo del reino, que no se ha nacido de nuevo, que no se forma parte del reino del Mesías.

También dejé claro que el hecho que hayamos alcanzado un desarrollo pleno, una manifestación plena de todas estas características, no significaba que por eso también éramos absolutamente desposeídos de las características de un hijo de reino. No. Estas virtudes, estas características también tienen un proceso de desarrollo en nuestra vida. Pero vamos a insistir. El “hijo del Reino”, el “nacido de nuevo” tiene esta característica.

Hoy nos corresponde como he dicho hablar acerca de la Bienaventuranza, acerca de los PACIFICADORES. “Bienaventurados los pacificadores: porque ellos serán llamados hijos de Dios.” La primera pregunta que nos vendría. Al leer esta bienaventuranza ¿Quiénes son los pacificadores y que están bienaventurados bendecidos aquí por el Mesías? ¿Qué estamos entendiendo con el término que en español decimos pacificador? o ¿cuál es la expresión que se da en el NT griego y su mejor traducción, la mejor posible? «makarios joi eironopoiois» makarios -felices, dichosos, -bienaventurados, -bendecidos. «joi» (los) «eironopoiois» es un vocablo compuesto, y su traducción sería «eirono poiois» que son bienaventurados en la bendición que da el Mesías aquellos que son obradores de la paz, que son hacedores de la paz, o sea que llevan una actividad perseverante, una condición, una actitud, una forma de ser; que los llevan a estar siempre activos en trabajar, en actuar en favorecer por o para la PAZ.