“La patria se hizo a caballo”, afirman historiadores y poetas argentinos. Su uso se ha generalizado a lo largo de su presencia en América para las actividades de campo, para el transporte de personas y cargas; el deporte; el esparcimiento; actividades ecuestres; la recreación y más recientemente como elemento para diferentes tipos de terapias.
Es importante destacar que cada caballo tiene, según sus características, habilidades diferentes, pero todos necesitan estar correctamente amansados para desarrollar la actividad que se les exige.
Esta semana, concurrimos a la finca San Agustín, que le da el nombre a la localidad homónima y allí dialogamos con uno de sus propietarios, Carlos “Boti” Lecuona, que nos comentó su experiencia de vida con relación a los caballos. Nos habló de cómo pudo superar las discapacidades que le provocó la Mielomeningocele, hasta poder desarrollar una vida normal en la actualidad.
Aquí presentamos el reportaje donde hablamos de toda esta temática y sobre la importancia de contar con caballos bien amansados como eje central para desarrollar cualquier actividad específica: