Desde que tengo uso de razón mi padre nos ponía jotas. Le debo que este género forme parte de mi infancia, y que haya entendido el amor que sintió por ellas. Ahora que ya no está, le dedico este programa, que nos demuestra que es un género fascinante y vivo, y que permite licencias musicales de lo más variopinto. ¡Va por tí papá!