Listen

Description

Soy un jubilado con hambre, como miles de jubilados del pais, que despues de haber laburado toda una vida, llego a mi vejez casi dando lastima y mendigando una vida digna. Tengo demencia senil, pero ese no es el punto. Cuando trabajaba era a base de explotacion y algun gustito me podia dar, hoy que ya no soy util para el sistema soy un estorbo.
Esta manana sali de mi casa con ganas de poder comer unos fideos con queso y aceite, y pensaba comer un chocolate a modo de gustito que uno quiere darse a veces.
Entro al supermercado, ese que enla publicidad dice YO TE CONOZCO, si ese. No tengo plata en mi bolsillo para pagar ese trozo de queso que veo en la gondola, mucho menos tengo para pagar una botella de aceite y un chocolate, entonces me dispongo a llevarmelo, y esta vez sin pagarlo.
Vos diras que fue un robo, yo te digo que no puedo pagarlo, pero que quiero comer, si querer comer es un delito, entonces hay millones de delincuentes en el mundo. Pero no es asi, no es un lujo comer, no es un lujo tener una salud digna, no es un lujo tener 70 anos y que nada te falte, pero en este sistema injusto y perverso pareciera que si.
Hay seguridad y alarmas en el supermercado, sin embargo no me importa y decido llevarme el queso, la botella de aceite, y el bendito chocolate. Dos empleados de seguridad me increpan, comienzan a golpearme, me sacan las cosas, me arrastran por el piso hasta sacarme del luegar, no conformes con la golpiza, , me apalstan contra la vereda, les grito que me estan ahogando, pero a ellos no les importa me siguen pateando, pero para eso yo ya estoy infartado, me estoy yendo y la policia solo se preocupa por ocultar la violenta escena. Una estudiante de medicina intenta reanimarme, pero ya es tarde, l;as bestias del supermercado ya acabaron con mi vida.
Algunas personas se acercan, un fotografo logra fotografiarme ya muerto en el suelo, y la policia se lo reprocha, quieren tapar todo.
Yo ya no estoy, la botella de aceite , el queso y el chocolate volvieron a las gondolas, ahi donde muchos hoy no pueden comprarlo y moriran de hambre, de rabia, de angustia, de no poder alimentase, porque hay un sistema que decide quien come y quien no.