Estás en otro lugar, indeterminado, inconsistente,
probablemente un lugar lejano,
fundido en azul,
arañado por el viento de arena
y oculto por el tiempo.
Miro el horizonte y parece que nada existe sin tu voz
resonando en mi cabeza,
sin tu risa nerviosa y tu ajetreo constante,
sin tu mano en mi cara y tus uñas en mi espalda.
Parece que nada existe hoy
cuando la madrugada se levanta
y se desnuda de nubes y heladas.
Veo a lo lejos, al final del camino
una amarillenta polvareda.
No es nada, porque nada existe
si no se para a respirar un segundo
en la efímera ilusión de tu mirada.
Preparo el café -que no existe-
pero que inunda con su aroma la tarde.
Le pongo azúcar -inexistente-
y me quemo los labios
en su nada
caliente.
Tengo las puertas abiertas de par en par,
en mitad del desierto donde guardo tus cosas.
Las que cayeron en tu huida precipitada,
las que alineadas en tu mesita de noche
esperan tu regreso, quietas y asustadas.
Será en cualquier momento, será cuestión de nada,
que aparezcas como un ángel o disfrazada de hada.
No es que crea que el concepto del regreso
sea cierto, o una mayúscula farsa
diseñada por el inmenso vacío que siento.
Sin embargo no me queda más remedio que esperar,
como un patético buitre moribundo,
del destino,
el profundo estoque
o el letal veneno.
Cae otra vez el día,
que con obstinación reiterada regresa;
pero aguanto en pie, en el umbral de mi casa,
sosteniendo esta taza resquebrajada,
que me niega a cada instante su existencia,
con el irreal café abrasador
que convierte mi amor por ti,
en una inmensa hoguera
de certezas y de esperanzas.
Autor: Raúl Tamarit Martínez
Música: Tina Guo - Winter Starlight (with vocals)