Hoy quería estar solo,
pasear por las dársenas,
por las húmedas losas del puerto,
recorrer con la mirada los reflejos
rojos y plata de los barcos dormidos.
Solo.
Escuchar el graznido de las gaviotas,
sentir su aleteo pausado y seguro
aireándome las sábanas del alma.
Pero te ví sentada en el muelle,
envuelta en una nube de silencio
mirando el fondo del mar.
Quería estar solo esta vez,
ver la luz del día muriendo
tras el horizonte.
Respiro profundamente,
pero el aire sálobre huye,
y tu perfume
me llena los pulmones.
Sigo paseando sin rumbo fijo,
sintiéndome totalmente lleno:
lleno de tu ausencia.
¿Qué hago? ¿qué estoy haciendo?
¿Porqué suspiro al verte descalza,
pisando el oro de la playa,
si no estás?
Hoy quería estar solo,
y sin embargo te veo en todas partes,
te oigo en todas las voces,
te espero en todos los amaneceres.
Raúl Tamarit Martínez