Nunca negaré
haber vestido las arrugas de tu frente
con mis besos fugitivos,
haber dormido en tus sueños
con la actitud de un furtivo
que se lleva de repente los suspiros
que ayer flotaban
como briznas incendiadas
en la hoguera de tu vientre.
No diré quién fue,
no confesaré con quién huí,
con quién sufrí la infamia,
las heridas más crueles,
las derrotas que más duelen.
Nunca negaré que batí mis alas
en telarañas empapadas de rocío,
que estallaron mis pulmones
tras tus huellas,
esparcidas entre montañas y ríos.
Nunca pondrán mi boca en claro
esas dudas que pueblan
las mentes más oscuras,
ni abriré ventanas
para inundar de luz los sombríos rincones,
para hacer visibles los gritos
que silencian tu delirio.
Nunca lo negaré si me preguntan,
porque ni una sola palabra saldrá
de mi garganta amartillada,
ningún gesto, ningún gemido ni lamento
que diga ni insinúe nada
de cuánto lo siento,
que admita que sembré vientos
y tempestades
hasta enredar tus cabellos
en las venas de mi cuerpo,
hasta romperte el corazón
contra mi corazón...
y callar que me arrepiento...
hasta regar con tu sangre y la mía
lo que, pareciendo un mal sueño,
tu silencio y mi agonía me gritan
que sigue siendo cierto.
Nunca negaré haberte amado
hasta los mismos límites del amor
cuando el amor aún aparenta ser cuerdo.
Solo extenderé mis manos
a quien me pregunte,
para que vea,
entre los huecos de mis dedos,
que te tuve presa en ellos
como el aire que susurra
en el cielo.
Autor: Raúl Tamarit Martínez
Música:MT-Hoffnungslos