Queda la noche aleteando en tus ojos,
queda la vida en tus manos impacientes
que me buscan
entre las espigas doradas
de todos los veranos pasados
bajo la luna sonriente.
Quedan los brotes de la fruta fresca
que reverdecen tus suspiros y
que duermen entre mis brazos
indolentes,
con la frente desnuda,
con los párpados temblorosos y valientes
que esconden y me enseñan
a intervalos intermitentes
tu corazón y tu vientre.
Queda en el aire tu risa pendiente
de mis palabras y mis besos,
quedan los momentos de un tiempo
que quiso ser presente
y que amaneció
eterno y soñador,
tierno y protector,
que quiso ser dueño de tus sueños
y que se durmió esclavo,
sirviente de la belleza
que acunas en tu corazón.
Queda mi admiración, mi respeto,
mi devoción.
Queda en la humedad de mis besos
la cálida luz del amor
derramándose en tus labios.
Quedas tú y quedo yo.
Para amarnos,
nos basta con eso.
Autor: Raúl Tamarit Martínez
Música: Yiruma - Tears In Your Eyes