Si las nubes no pasaran
como sombras efímeras por tu mirada,
si las mareas no agitaran tu respiración
al ritmo que tu corazón le marca a la vida mudada,
a las espigas abiertas de tus venas, a mi llegada,
si la lluvia perdurara
al rozar el oro luminoso de la primavera
y no alcanzara a acunar tus risas,
tu llanto
y tu felicidad desbordada,
no sabría que decirte
cuando tus labios me interrogan
y esperan mi respuesta
una vez más
antes de que regrese el espanto,
y nos envuelva
como una amarga mortaja
la madrugada,
antes de que la nada
anule nuestras vivencias
y que entre nuestros dedos
crezcan las flores marchitas
de la distancia
que nos separa.
Ámame, quédate,
no permitas que regrese la noche
y nos sorprenda indecisos
entre la vida o la muerte,
y nos encuentre dormidos
sin la certeza de saber
si habré de conformarme
con perderte.
Autor: Raúl Tamarit Martínez
Música: Dvorak - Songs my mother taught me, op.55 no.4