Siento frío.
Las brasas del hogar
no calientan mis huesos.
Me cubro con la manta,
pero no basta.
Echo al fuego tus cartas,
nuestras fotografías:
brillos de oro y plata,
danzan las llamas sobre tu retrato.
Arde la casa,
refulgen apenas
las huellas de tus pies desnudos
sobre mi cama.
Las cortinas se consumen
incendiadas en el aire
que reparte el olor de tu perfume.
Tu sonrisa me persigue
y me quema la ropa,
las pestañas,
la piel
que fluye como un río de lava
hasta mi alma congelada.
No consiguen las llamas
espantar este pertinaz frío
que me doblega.
La pared se puebla
de monstruos sombríos
y un nuevo zarpazo
me hace estremecer.
Solo hay frío,
frío y desamor.
Me cubro los hombros
con tu recuerdo,
pero es inútil.
El frío no se va.
Nunca se irá.
Autor: Raúl Tamarit Martínez
Música: Rachmaninov - Vocalise, op.34 no.14
