Cuando pierdo el rumbo
y el timón tiembla en mis manos,
cuando la hoguera del hogar
cruje y se disipa,
cuando, herida la luna, se estremece
y cae en barrena sobre el barro,
es cuando más te necesito,
para mirarme en tus ojos
y verlo todo claro.
Cuando no siento, ni veo, ni recuerdo,
cuando no sé porqué una lágrima
rueda por mi cara y me rio,
cuando cojo el camino más intrincado,
sé que es el momento de verlo en tus ojos,
mirar en ellos la razón de todo,
del porqué existimos y nos herimos,
del porqué sufrimos y nos buscamos
aun sabiendo que seguiremos perdidos.
Sería el momento de verlo en tus ojos,
en tus ojos claros.
Cuando pienso qué lejos te fuiste
y recuerdo aquel doloroso instante,
en esos momentos extraños y crueles
en los que el destino
nos convierte en aquello que más odiamos,
calentando las manos en el rescoldo
de algún fuego, largo tiempo apagado,
quisiera volver a ver la vida,
volver a ver mi alma
en tus ojos claros.
Vivimos un tiempo feliz
de soles intensos y flores mojadas,
fue un cielo blanco y azul
el que cubrió nuestros sueños
de alegres madrugadas.
Y es ahora, cuando siento la soledad
vistiendo de sombras mi hogar,
cuando echo de menos
aquella luz transparente,
ver el mundo de nuevo iluminado,
revivir los añorados momentos,
a través de tus tristes ojos claros.
Autor: Raúl Tamarit Martínez
Música: Gounod - Ave María para violín
