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Ya habíamos hablado en el programa anterior acerca de la sanidad, y observamos allí que en muchas ocasiones a lo largo de la Palabra de Dios se nos enseñaba la relación Causa-Efecto entre el pecado y la enfermedad.

Hoy queremos avanzar y profundizar un poco más en este tema. Queremos escudriñar y descender a niveles más desconocidos pero apasionantes, sin temor y sin pudor. Podríamos plantearnos la pregunta

¿Por qué Dios a unas personas las sana y a otros no?

¿Está Dios amando cuando alguien joven muere en circunstancias dramáticas y dejando responsabilidades de difícil cuidado?

El propio siervo de Dios David Wilkerson vivió en su propia familia, todos creyentes, experiencias muy difícles de asimilar como la pérdida de su hija y alguna nieta. Nos recuerdan, estos hechos, pasajes como el de Job, en los que es más fácil pensar que algo no se está haciendo bien y conforme al corazón de Dios que verlo como una prueba y la soberana voluntad del Creador

Recordemos que Jesús vino a sanar y rescatar a los perdidos, pero ¿Hemos, quizá, olvidado que por encima de todas las cosas vino a establecer Su Reino?

Entonces, si Jesús vino a establecer un nuevo Reino, de Justicia y Paz ¿ Hemos entendido realmente que nosotros no somos el centro?

En muchas ocasiones vemos las cosas a nuestra manera, y no a la manera de Dios, por nuestro sufrimiento, intereses personales y no con lo que debe primar:

Juan 18:36 “Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí”.

Cristo no murió en vano, por supuesto, sino que todavía nuestro cuerpo no ha sido redimido: “… nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”. (Romanos 8.23).

Esto no es infrecuente en las escrituras:
2 Timoteo 4:20 “Erasto(J) se quedó en Corinto, y a Trófimo(K) dejé en Mileto enfermo.”
1 Timoteo 5:23 “Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.”

2 Corintios 11:29 “¿Quién enferma, y yo no enfermo?”
2 Corintios 12:7 “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; 8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana”

* tenemos la esperanza y la promesa de que en un futuro seremos transformados a Su gloria y semejanza.
1 Corintios 15:52 “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.(K)
53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de
54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria”