Tristemente el suicidio es un problema real en nuestra sociedad, que no podemos ocultar. Cada segundo una persona intenta suicidarse en algún lugar del mundo y cada 40 segundos un suicida logra su propósito.
A nivel mundial se suicidan 1 millón de personas al año; 2.740 al día; 114 personas cada hora.
Como ya vimos en España continúa creciendo año tras año. Un total de 3.870 personas se quitó la vida en el último año analizado por el INE
* Es la primera causa de defunción no natural en España, bastante por delante de los accidentes de tráfico: Por cada muerto en carretera hay dos suicidas.
3870/365: 10,60 suicidios al día de media en España. 1 suicidio cada dos horas en España
*Lo más llamativo e importante es que es la UNICA CAUSA DE MUERTE QUE PUEDE EVITARSE, así que algo deberemos hacer…
Ante esta triste realidad podemos ver que existe un problema social, para el que la propia sociedad no tiene un remedio, por el momento, y una responsabilidad por parte de, no solo los estamentos sociales y el Estado, sino también, la Iglesia.
Pero el drama continúa, tras el suicidio, bien sea que sobreviva al intento la persona autora, bien sea que no llegue a consumarlo, o la familia del finado.
¿Que podemos decir, como iglesia, a los que sobrevivieron a tan triste acto o a los familiares que dejaron? Trataremos de abordar este problema para traer paz y consuelo a las personas afectadas, a través de la revelación de la Palabra de Dios.
