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Description

La oveja es un animal frágil. Se ve ¡tan gordita!, pero al esquilarla, es decir, al quitarle la lana, queda delgadita y se le nota entonces toda su fragilidad. Es, además, un animal dependiente, no se vale por sí sola: depende totalmente de su pastor. Por cierto, no de cualquier pastor, sino de “su” pastor. Es tan incapaz, que con sus débiles y poco flexibles paticas, no puede siquiera treparse al pastor y necesita que éste la suba. No así un perro... o un gato. Si se queda ensartada en una cerca o en una zarza, no puede salirse por sí sola: necesita que el pastor la rescate. La oveja anda en rebaño, no puede andar sola. Si llegara a quedarse sola, no es capaz de defenderse: es fácil presa del lobo o de otros animales feroces. Su dependencia del pastor la hace ser obediente y atenta a la voz y a la dirección de “su” pastor. No obedece la voz de cualquier pastor, sino que atiende sólo a la del suyo. El pastor las lleva a veces a pastar guiándolas con una vara alta, llamada cayado, y a veces las reúne en un espacio cercado, llamado redil o aprisco.