En México viven más de 110millones de personas, existen más de 90 lenguas indígenas y en su geografía se pueden encontrar todos los climas del planeta; desde desiertos como el Chihuahuense, montes nevados como el del pico de Orizaba o selvas como la famosa Lacandona en Chiapas. Según el orden mundial del capitalismo reinante es también la ruta de encuentro entre el laboratorio colombiano-venezolano de la droga y el gran mercado del consumidor estadounidense.
Teresa y Roberto, nativa ella y adoptado él, son dos enamorados de su país que precisamente por amar México no pueden callar: jode hablar mal de algo que quieres pero peor es mentir o no decir nada.
El país sufre una gran crisis de identidad como la mayoría de los países colonizados y el modelo consumista sin valores ha hecho triunfar la cultura de la droga. La droga y la mafia traen consigo muchos otros crímenes y extorsiones; se dan todo tipo de ramificaciones con la prostitución, el tráfico de armas, los recursos naturales, el agua, los alimentos… Hay decenas de asesinatos a diario por todo el país y sólo en Ciudad Juárez hay más de 5mil mujeres desaparecidas
En un principio los cárteles de la droga se ocupaban del tráfico para abastecer a los Estados Unidos. Cuando el modelo de vida y de consumo echó raíces en el propio territorio comenzaron las disputas por el control del mercado interno. Concretamente en el año 2000 con la caída del gobierno del PRI, inmutable durante 73 años, se intentó reestructurar todo, cambiarlo todo y por supuesto a los capos. Se desencadenó una guerra que sigue hoy en día. La llegada del gobierno Bush poco después también facilito el tema. Bush permitió la venta de armas de cualquier calibre a cualquier persona, con lo que en México se han armado a lo bestia.
Pero no se trata de una guerra al uso, se ha convertido más bien en un estilo de vida. La mafia lo gobierna todo, entre militares, políticos, capos y narcos hay un velo muy fino, todos se mezclan y entrelazan. En México no puede separase política de narcotráfico. Hay millones de personas en todo el país involucradas en mayor o menor medida con las mafias de la droga.
Valga un ejemplo.
Una avioneta llega desde Colombia a Chiapas con 200kilos de coca. Se contrata a todo un pueblito para que construya una pista de aterrizaje de 300 metros en 48 horas. Una vez desembarcado el envío, deben desmantelar por completo la avioneta y ya después la selva se tragará la pista de aterrizaje en poco tiempo.
Los zapatistas han intentado enfrentarlos pero ellos van con el corazón, quieren hablar y los narcos son gente mala, muy mala, no hay escrúpulos.
La subcultura del narco lo impregna todo. La Santa Muerte es la compañera de todos los días. Los niños lo tienen claro desde bien pequeños: o chingas o te chingan. Esto genera una competitividad permanente, un estrés, una amenaza constante; la sociedad civil vive entre el miedo y la extorsión. No hay confianza y por tanto no hay cooperación ni solidaridad suficiente para decir basta.
Tampoco hay muchas alternativas. Dieguito comenzó a vender pelis piratas porque trabajando normalmente jamás podría comprar un coche. Poco a poco fue introduciéndose más y más y se convirtió en uno de tantos jovencillos que se arman hasta los dientes para pasar la frontera con los alijos. Puedes morir o puedes hacerte rico, es la filosofía que asumen los jóvenes.
Así surge el narcocorrido, un género musical cuyas letras hablan del hombre macho con pistola que mueve la droga y se tirotea con los gringos o con quien haga falta y al que adoran las muchachas. También en internet pueden encontrar narco.com con videos de ejecuciones y demás promoción de la narcocultura. En las oficinas de los grandes edificios del país los empleados ven los videos para echarse unas risas. Este es el cáncer de una sociedad que ha aceptado esta forma de vida.