Mineros en pie de guerra
“Que yo no quiero que vayas a la mina
Que con la pala y el pico se pasaba mucha fatiga
Y nadie se hacía rico”
Cante flamenco popular
Cuando hablamos de “estar en babia” hablamos del ensimismamiento, del estar embobao, empanao, ausente del resto, abstraídos en la nada. Estar en Babia también puede significar encontrarse en un hermoso paraje leonés, muy cerquita de donde los mineros han vuelto a hacer despertar a todos del embobamiento general y se han puesto a reivindicar sus derechos.
Los mineros del Bierzo, del valle de Laciana y del norte de Palencia están en pie de guerra. El sector minero leonés a diferencia del asturiano que es nacional, está en manos privadas desde su reconversión en los noventa. En 2012 la UE dejará de subvencionar con ayudas la minería española y el futuro se presenta oscuro. Los mineros piden la nacionalización de la mina leonesa para salvar así el futuro de las gentes de la comarca. Pero el motivo de la huelga, los encierros y los disturbios vienen además a exigir de manera inmediata, el pago de las nóminas que llevan tres meses sin cobrar, dada la gestión mafiosa de la empresa Carbounión con Victorino Alonso a la cabeza.
Nos utilizan como moneda de cambio para sacar dinero a las instituciones pero nos tienen sin cobrar. Habla Fede que lleva una semana en huelga de hambre frente a las oficinas de Carbounión. Todas las protestas están coordinadas hay 50 compañeros encerrados en las minas de Villa Carrión y 14 en Tremor. Si las cosas no avanzan haremos una marcha a Madrid después del día 29.
Y es que la cuestión no es sólo la de resolver unos impagos, se trata del futuro de toda una comarca que vive directa o indirectamente del sector de la minería. Viky que es maestra de instituto en el Laciana nos cuenta cómo se viven allí las movilizaciones. Cuando se ha convocado huelga cierra todo el mundo absolutamente todo el mundo. Todo pueblo está en la calle, los 5 mil que somos; de los balcones cuelgan crespones negros y pancartas que dicen “yo también soy minero”. A veces las mismas mujeres y familiares salen a la calle a pelo, sin convocatoria previa ni megáfono y todo el mundo acaba saliendo también.
La globalización económica que monta la revolución industrial en un desierto de la noche a la mañana, esclaviza países enteros aprovechándose del desconocimiento de los derechos conseguidos por el movimiento obrero durante más de cien años. A las luchas obreras y en gran medida a las mineras, debemos cosas como las asambleas, los sindicatos o las vacaciones. Así, otro compañero del Bierzo nos explica que allí existe una rotunda conciencia de clase. Está claro que es un conflicto del trabajo contra el capital. Los mineros cortan carreteras y se enfrentan a la policía cuerpo a cuerpo porque saben que es el único modo de que les hagan caso. La Civil ha tenido que salir por patas en más de algún pueblo, incluso un helicóptero tuvo que retirarse tras ser alcanzado por un cohete minero.
Por último hablamos con Francisco de la plataforma Filón Verde que lleva varias demandas contra el empresario Victorino Alonso, un señor más protegido que el oso pardo y con apoyos políticos innegables. Valga como muestra de sus hazañas la de destruir la cueva de Chaves en Huesca, un tesoro prehistórico del neolítico para montar un abrevadero o la multa que le ha caído de 14 millones por vender carbón adulterado con piedras. El conflicto se centra en las minas a cielo abierto La diferencia entre una mina cerrada y una a cielo abierto es que la primera hace agujeros dentro de la montaña pero la otra arrasa y destruye la montaña y su entorno totalmente. Hace treinta años había un rechazo total a las minas a cielo abierto porque eran además pan pa hoy y hambre pa mañana pero desde que llegó este señor se compran voluntades.
Cómo puede resolverse entonces esa contradicción en la que los mineros defienden un puesto de trabajo que es perjudicial para su entorno y para ellos mismos?
Está claro que el trabajador va a defender lo primero el pan de sus hijos. Yo soy minero, he trabajado en la mina veinticinco años y les deseo a los compañeros lo mejor Pero ya cuando era minero me oponía al cielo abierto y me sigo oponiendo ahora. Nuestro futuro no puede depender únicamente de la mina.