Manuel, Julio, José, Eduardo, Raimundo, Luis, Marta, Carlota, Pablo, Federico, Antonio. Personas anónimas, seres humanos, como tú, como yo. Estos son los nombres de algunos de los olvidados por la historia de España. Jamás aparecerán en los libros, ni en los actos presidenciales. Hombres y mujeres cuyas sepulturas se encuentran por algún lugar de España. Padres, madres, hermanos, tías que jamás volvieron a ver a su familia. No veranearon en el pueblo cada año, ni conocieron a sus nietos. Pero algo tuvieron en común, la guerra les arrebató todo. Y los vencedores no se conformaron únicamente con eso. Los vencedores ridiculizaron, callaron y sepultaron a los vencidos.
