El revés te deja tocada. Se tambalea la estructura. Cambian las referencias y las reglas del juego. Toca reubicarse y toca confiar en la vida. Y quizá esto sea de lo más difícil en toda la historia. Confiar. Saberse mecida y cuidada. Comprender más allá de nuestro obligo. Aceptar lo que ha llegado. Volver a salir al mundo con una abierta sonrisa.