La Primera Internacional Socialista se creó por iniciativa de la elite globalista a través de los fabianos: «el proyecto de crear una Internacional Socialista se planteó por primera vez en la Conferencia de Claton-on-Sea de 1946, a propuesta de los ministros fabianos del
gabinete británico.
Dicho proyecto no respondía sino a la doctrina formulada por el CFR para el escenario postbélico europeo, doctrina que se basó en la conveniencia de crear un frente de contención al comunismo que, al mismo tiempo, no fuera anticomunista. Se trataba, pues, de frenar el expansionismo político y territorial de la URSS, pero
sin cercenar la expansión ideológica del marxismo y de las tesis izquierdistas. Un planteamiento, como podrá verse, en la línea de la más pura dialéctica hegeliana, y sin duda el más idóneo para alcanzar la síntesis ya comentada»