Desde la antigüedad, el ser humano ha buscado maneras de iluminar su camino en la oscuridad. Entre todas las maravillas creadas por nuestras manos, una de las más emblemáticas y fascinantes es, sin duda, el Faro de Alejandría. Este colosal faro no solo guiaba a los marineros hacia la seguridad del puerto, sino que también representaba un logro arquitectónico y tecnológico sin precedentes.