La gente quiere sexo. No piensa en otra cosa. Ahora han surgido nuevas herramientas para lograrlo: redes que se adaptan al variopinto universo de preferencias e inclinaciones sexuales. Gracias a Internet encontraremos satisfechas nuestras necesidades más primarias. La web nos permite pedir comida, comprar ropa y ahora, también conocer a personas con las que mantener divertidos encuentros.