Las Babymetal son un delirio hilarante, maravilloso y entrañable.
La música heavy se encuentra con el J-pop: una especie de bofetada feliz con los ojos saltones que desgarra la ridícula división cultural.
Han pasado nueve años y tres discos desde su debut, y la banda japonesa hace tiempo que se deshizo de la etiqueta de “novedad”.
Babymetal es una banda japonesa de metal kawaii formada por Suzuka Nakamoto como "Su-metal", Moa Kikuchi como "Moametal" y Momoko Okazaki como "Momometal".
La banda está producida por Kobametal de la agencia de talentos Amuse.
Sus voces están respaldadas por instrumentación de heavy metal, interpretada por un grupo de músicos de sesión conocidos como "Kami Band".
¿Pero su truco todavía funciona?
¿Los movimientos de baile sincronizados, los conceptos de sueños febriles sobre un Dios Zorro imaginario, los audibles susurros lanzados al viento?
Obviamente, todavía funciona.
Si el cuarto lanzamiento de Babymetal, titulado “The Other One”, fuera una película, el eslogan diría: "Ya no son bebés".
Las vocalistas Su-metal y Moametal tienen 25 y 23 años respectivamente y te guiarán a través de 10 temas extraídos de sus propias canciones.
METALVERSE (o METALVERSO) en mayúsculas, con cada una de los pistas representando un tema específico.
Inmediatamente, “Metal Kingdom” nos muestra un Babymetal majestuoso y adulto.
El preámbulo orquestal recuerda esa urgencia de comerse el mundo que alguna vez tuvo “Crossfaith”, dando paso a la entrega dominante aunque controlada de Su-metal.
La forma en que aborda esta canción, esquivando los picos y los valles, dejando su huella, la percusión cinematográfica y los quiebres electrónicos, ha sido el elemento que más ha mejorado de Babymetal en cada lanzamiento sucesivo.
Sin embargo, una vez hecho esto, es hora de morderse la lengua para que los fans no se empalaguen con tanta azúcar.
“Divine Attack (Shingeki)” es un ataque sincronizado de voces, ritmo y guitarras, aunque incluye un riff post-estribillo estupendo que haría temblar al mismísimo Mick Thomson de Slipknot.
Luego, la canción “Maya” acentúa esta sensación, con un riff de guitarra thrash, una sección rítmica potente y una melodía pegadiza que no tiene nada que envidiarle al pop más efectivo.
Pura euforia.
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Musicalmente, la embadurnada Kami Band (la banda que apoya musicalmente a Babymetal) hace todo lo posible, sumergiéndose astutamente en el espíritu de la época.
¿Te gustan todas esas bandas de metalcore que todavía intentan copiar el “Doomsday” de Architects?
“Mirror Mirror” y “Believing” te dan el gusto y eso es solo una pequeña muestra del potencial de ambas canciones. ¿Querés más del hip hop con inflexión trap que se ha introducido últimamente en el metal?
También está esparcido por “The Other One”, con un solo de saxo parecido a Ghost en el desenlace del álbum con la canción “The Legend”.
Es extraño pensar en un momento en el que se pudiera encasillar a Babymetal.
A mediados de la década de 2010, se podrían haber descrito en términos generales como hiperpower metal.
Eso sigue ahí, pero parafraseando a Stewart Lee: “hay mapas, pero no fronteras”.
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“Time Wave” desafía a los fans del metal, en una canción que bien podría haber sido producida por el DJ sueco Basshunter, si bien está condimentada por fuertes guitarras.
“Metalizm” es una melodía de club nocturno desquiciada, que combina una caja de ritmos ágil y un sintetizador con una vocalización árabe melismática, además de esa vieja escala de guitarra bien metalera.
Incluso la última serie de canciones de medio tempo, como “Monochrome”, se te pegan inmediatamente y no bajan casi nada el intenso ritmo que recorre casi todo el álbum.
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En un momento se exageró la promoción de Babymetal, siendo parte de cada escenario de un festival o sitio web disponible, lo que por un lado les sirvió para ser más visibles, aunque también produjeron cierto hastío con un grupo que desde su propuesta generaba división en las huestes metaleras.
Ahora eso ha disminuido, por lo que es más fácil apreciarlos por lo que son: un experimento que se fue de las manos y generó una repercusión inesperada.
Este último álbum, “The Other One”, demuestra que son bastante más que la promocionada novedad o el experimento comercial.
En todo caso, como toda carrera artística, tienen sus luces y sombras.
Nos despedimos con “Light and Darkness”.
Esto fue “The Other One” de Babymetal.