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Description

Cuando Björk lanzó su álbum debut, acertadamente titulado Debut, en 1993, fue una especie de introducción. Tras la desaparición de The Sugarcubes, se embarcó en una maravillosa aventura.
Con Debut, reinterpretó canciones que tardó una década en crear y presentó un álbum que, a pesar de las críticas iniciales, cautivó al mundo.
Debut se centra en la expresión individual. Íntimo. Aislado. Mirando desde adentro hacia afuera.
En contrapunto, Post, su sucesor en 1995, se centra más en la exploración.

Tras mudarse de los paisajes naturales de Islandia al bullicioso ruido de la gran ciudad de Londres, el segundo álbum de Björk es en gran medida un álbum de "después".
Es el sonido del descubrimiento y el viaje. Menos mirar hacia afuera como un astuto observador antropológico, y más vivir, sumergirse en él. Exponerse al mundo.

Las sesiones iniciales grabadas en las Bahamas le brindaron a Björk una sensación de libertad, ya que creaba sus temas con alegría. Ahí, ella y sus colaboradores dejaron que los sonidos moldearan las canciones y que el acceso a su entorno influyera en la atmósfera de varios de sus trabajos.
Abundan los rumores de que las voces se grabaron al borde de playas, cantando al mar, o extraídas de las profundidades de cuevas.
Todo muy plausible y muy propio de Björk, quien nunca iba a ser una cantautora promedio.

Al regresar a Londres para dar cuerpo al álbum, Björk convocó a más colaboradores para añadir calidez y mayor musicalidad a la colección, que era muy austera y con un marcado ritmo.
El resultado es un álbum que, como la propia Björk define, es "musicalmente promiscuo", con canciones que no solo combinan géneros dentro del flujo del álbum, sino también dentro de la esencia misma de las canciones.

Al comenzar con la pesada y densa "Army of Me", Björk se propone romper cualquier expectativa del oyente. Amenazante y mecánica, "Army of Me" resulta extrañamente motivadora con su paso firme.
Es una canción que te levanta del asiento.
Fusionando trip-hop con ritmos industriales, un sonido techno vibrante con inquietantes florituras de trompeta y frenéticas secuencias de sintetizador, la canción es un festín sonoro que envalentona al oyente con cada compás.
Björk ofrece una voz potente, casi áspera, que te atrapa desde el primer verso.

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El hechizo de "Army of Me" no cede durante los más de cuarenta minutos restantes del álbum.
Con "Hyperballad", una de las canciones más románticas y particulares jamás hechas, Björk ofrece algunos consejos de autocuidado para sobrevivir a la necesidad de ser uno mismo y compartir espacio con el otro.
Describe cómo cada mañana, antes de que su amante despierte, sube a la cima de una montaña y se deshace de todo en un sentido de purificación y supervivencia. Es salvaje y encantador a la vez.
Una sensación de identidad y sacrificio.
Con un ritmo que se mueve a toda velocidad, pequeños silbidos y blops melódicos se abren camino hasta la liberación de energía del estribillo, donde la voz de Björk da ese salto desde la montaña y se eleva antes de volver a la tierra.
"Hyperballad" tiene que ser recordado como uno de los mejores momentos de Björk en el disco y, sin duda, es una de las canciones más emocionantes de los 90.

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Toda la arrogancia musical es despojada del todo en la conmovedora "The Modern Things”, que permite que la voz de Björk se juegue a través de la expresión, apaciguándose en un momento y estallando en el siguiente.
Líricamente, Björk se pregunta si todos los grandes inventos de la vida siempre han existido, esperando ser (metafóricamente) desenterrados y descubiertos.

"Enjoy", se adentra en el lado oscuro de las cosas con un ritmo acechante casi amenazante mientras Björk se entrega a sus deseos más lujuriosos.
Es espinoso, estridente, es el tipo de canción que imagino que Trent Reznor ansiaría versionar.
Además, equilibra la sensibilidad pop de la canción que le precedía.

Si bien es de esperar lo inesperado con Björk, pocos habrían adivinado este suave cambio de estilo a la big band con una versión de una cara B relativamente desconocida de Betty Hutton.
"It's Oh So Quiet" no solo funciona, sino que lo hace con total desenfreno y alegría.
Siendo el último tema grabado para Post, su inclusión pretendía revolucionar el mundo del oyente, pero también haría lo mismo por la artista con su video en technicolor que la acompaña, catapultando a Björk al mainstream del pop.

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Con "Isobel", Björk se refugia en el bosque en una narración semiautobiográfica del choque entre la vida moderna y la naturaleza. Acompañada de exuberantes arreglos de cuerda, "Isobel" es una escucha encantadora, sensual y reconfortante, con una serie de percusiones de inspiración tribal.
Dado que las expresiones vocales de Björk son tan idiosincrásicas, tiene sentido que sean el foco principal de la experiencia auditiva. Sin embargo, una canción como "Isobel" también demuestra su capacidad para superponer exuberantes coros que te envuelven como un cálido abrazo.

Una sensación de consuelo y conmoción se percibe en "Possibly Maybe", con su melodía lenta e hipnótica y su ritmo inspirado en el trip-hop. Es un lento desmantelamiento de las defensas y la liberación de cualquier esperanza. Aunque, en última instancia, es una canción sobre el dolor, el arreglo la hace reconfortante.
Por cierto, estoy seguro que Radiohead escuchó esos arreglos de sintetizador con muchísima atención.

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Del dolor a la esperanza, Björk nos lleva a una mezcla psicodélica de zydeco (una combinación de ritmos como el cajún, el gospel y el blues originada en Luisiana) y cierta inspiración afrocubana con "I Miss You", que se despliega en el oyente con una alegría similar a la de correr por un campo bajo el sol. Hay una clara impaciencia en la música que refleja el giro lírico cuando Björk canta "I Miss You / But I Haven't Met You Yet" (“Te extraño, pero aún no te conozco”)

Luego, “Cover Me”, que parece la banda sonora de una película desarrollada en el lejano oriente, es un momento depurado, muy fino, que distorsiona cualquier sentido de estructura con una sonrisa maliciosa.

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El tema que cierra el álbum, "Headphones", se disfruta mejor, como su título indica, con dichos dispositivos puestos.
Como una meditación guiada, Björk es una guía sonora que explica la creación de sonido en tiempo real.
Con la ayuda (e inspiración) de Tricky, la canción es una representación perfecta de Björk como artista vanguardista y el recordatorio perfecto de las muchas joyas que se descubrirán en álbumes posteriores.

Es innegable el impacto de la colección de colaboraciones de Björk, con artistas como Nellee Hooper, Tricky y Graham Massey, quienes aportaron su brillantez para crear los paisajes sonoros que Björk recorrió. Aunque siempre es para servirle a su descubrimiento, para que ella trace el mapa y para que nosotros lo sigamos.

Como conclusión, Post pone un punto final maravilloso a la primera fase de la extensa y variada carrera de Björk. Sigue siendo un álbum que te transporta a diferentes lugares y te hace sentir de diferentes formas en respuesta a la energía que desprende cada tema.
Si hace tiempo que no lo escuchás, reservá 40 minutos para disfrutar de su encanto.