Vivimos tiempos tumultuosos.
El clima político, por no mencionar el meteorológico, nos tiene a todos preguntándonos que sigue en el horizonte.
Incluso varios desean fervientemente que un meteorito golpee la Tierra durante las campañas electorales.
Entonces, las preguntas que todos nos hacemos son:
¿Hemos llevado las cosas demasiado lejos? ¿Seremos todos castigados al final de los días?
Yo no creo en castigos divinos.
Tampoco tenemos las respuestas, pero sí tenemos una larga lista de canciones para distraerte de la monotonía diaria, mientras escuchas a tus artistas favoritos cantar sobre algún tipo de apocalipsis, sea mundial o personal.
Igualmente, la intención no es amargar a nadie, sino pasar un buen rato escuchando buenas y lindas canciones.
Comenzábamos con “It’s the End of the World (As We Know It)” de REM.
Esta canción podría no tratar sobre el fin del mundo.
¿Quién sabe con Michael Stipe?
Comienza con un terremoto. Hay un "gobierno de alquiler" y un "sitio de combate", una "población desbordada" y una referencia al rapto, pero sobre todo parece que R.E.M. está atacando la complacencia.
El punto es que es una de las mejores canciones de rock que jamás haya salido de la radio universitaria y una instantánea perfecta de R.E.M. en 1987: melódico, salvaje, críptico.
Puntos dobles si puedes cantar todo de memoria (Stipe ciertamente no puede).
Continuamos con una canción que formó parte de una misma banda sonora que la de REM.
Estamos hablando de “Until The End Of The Word”, canción de U2 que integraba el soundtrack de la película del mismo nombre (“Hasta El Fin Del Mundo” en español) del cineasta alemán Wim Wenders.
Este tema es una conversación entre Judas y Jesús, con citas bíblicas y una letra que dice:
“En mi sueño ahogaba mis penas, pero mis penas, aprendieron a nadar.
Rodeándome, bajando sobre mí, derramándose sobre el borde.
Olas de arrepentimiento y olas de alegría, me acerqué al que traté de destruir.
Y tú dijiste que esperarías hasta el fin del mundo”
“The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From Mars” abre con "Five Years".
"Las noticias acababan de llegar, nos quedaban cinco años para llorar, el tipo de las noticias lloró y nos dijo que la Tierra realmente se estaba muriendo", cantó David Bowie sobre un período de tiempo que también se basó en un sueño.
El disco convirtió a Bowie en una estrella y su carrera continuó emocionando al público durante más de 40 años, incluso hasta después de su muerte en 2016.
Sting, líder de Police, escribió "Invisible Sun", un sencillo del álbum “Ghost in the Machine" en Irlanda, donde vivía en ese momento.
“Fue durante las huelgas de hambre en Belfast.
Quería escribir sobre eso, pero quería también mostrar algo de luz al final del túnel.
Creo que tiene que haber un 'sol invisible'. No siempre puedes verlo, pero tiene que haber algo que irradie luz en nuestras vidas", le dijo a la revista Revolver.
Puedes escuchar su inspiración en el primer verso con "No quiero pasar el resto de mis días, manteniéndome fuera de problemas como dicen los soldados.
No quiero pasar mi tiempo en el infierno, mirando las paredes de una celda de prisión".
La versión alemana original de 1983 de esta canción, probablemente sea la melodía más pegadiza de este episodio.
Cuenta la historia de una guerra en la que nadie gana, que estalla después de que 99 globos lanzados al cielo se confunden con ovnis.
Cuando la canción se convirtió en un éxito en Alemania Occidental, Nena grabó una versión en inglés que modificó el título para convertirlo en "99 Red Balloons" y simplificó la historia (para disgusto de la banda).
Sin embargo, el resultado fue el mismo: el juguete de un niño inocente (o 99 de ellos) es gravemente malinterpretado por los belicistas, que terminan destruyendo el planeta y todo lo que hay en él en su carrera hacia el fondo del miedo y la desconfianza.
Prince convierte el fin del mundo en un motivo para ponerse funky y bailar.
“La guerra nos rodea, mi mente dice prepárate para pelear. Entonces, si tengo que morir, esta noche escucharé a mi cuerpo”, canta nuestro purpúreo amigo.
“1999” es sin duda lo más divertido que puedes tener cantando una canción contra la guerra y, de alguna manera, fue en realidad el comienzo del mundo para Prince.
Aparte de su ritmo y melodía absolutamente irresistibles, fue la destilación más aguda hasta ese punto del sonido funk-new-wave de Prince, que sustentaría synth pop en las próximas décadas.
También fue una de las primeras canciones de un artista negro en reproducirse regularmente en video en MTV, allanando el camino para generaciones de artistas.
Del disco debut en solitario de Morrissey, “Viva Hate” del año 1988, el himno “Everyday is Like Sunday”, que el cantante dice odiar, se inspiró en la novela apocalíptica de Nevil Shute “On the Beach”, y trata sobre los momentos previos a una devastación nuclear en Australia. Moz, en una increíble interpretación, hace al tema un poco más personal y canta "Esta es la ciudad costera que se olvidaron de cerrar”
Nosotros solamente podemos decir “Come Armageddon, come Armageddon!”
Lo que realmente te queda grabado de "London Calling" es el escalofriante graznido de Joe Strummer, como un buitre a la caza en una ciudad llena de carne fresca.
Solo ese graznido evoca un páramo de depredadores y presas de finales del siglo XX, con una línea de bajo pisando fuerte y guitarras aún más fuertes llenando los vacíos en descomposición.
Sin embargo, cuando se trata de desastres provocados por el hombre alrededor de 1979 (el año en que se lanzó la canción hubo una fuga de refrigerante radiactivo en Three Mile Island), el éxito más indeleble de The Clash tiene un poco de todo: brutalidad policial, las consecuencias nucleares (“Se espera la fusión, el trigo está adelgazando”) la corrosión ambiental (“Londres se está ahogando y yo vivo junto al río”), incluso la muerte de la “falsa Beatlemanía”.
Es la mejor banda sonora del fin de los tiempos, con una metrópolis que alguna vez fue poderosa hundiéndose en el mar mientras la humanidad se dedica a sus sórdidos asuntos.
Para aquellos de ustedes que piensan que pueden escapar de alguna forma del fin de los días, Pink Floyd les dice que tendrán que moverse bastante rápido, tendrán que "correr como el infierno".
La pista de “The Wall” se suma al espanto persecutorio de buena parte de ese álbum, con los sonidos de multitudes enojadas, gritos fuertes, frenadas de autos y pasos pesados.
Entre la locura y la salvación.
Lo único que puedo decirles es que mejor corran.
¿Qué tan apropiado es que esta canción comience con el sonido de una campana?
El día del juicio debe estar aquí, de hecho.
Esta canción del gigantesco álbum de AC/DC, “Back in Black”, no pinta una imagen bonita de tu futuro, o lo que quede de él, con letras como:
"No tomaré prisioneros, no perdonaré vidas.
Nadie aguantará una pelea.
Tengo mi campana, te voy a llevar al infierno.
Te voy a atrapar, Satanás te atrapará".
Suena “Hell Bells”, llega AC/DC.
Esta canción épica del primer álbum de Metallica trata sobre los bíblicos jinetes del apocalipsis que señalan el fin de los tiempos.
"Los jinetes se están acercando, en los corceles de cuero que montan, han venido a quitarte la vida", canta James Hetfield con una voz grandilocuente que te hace saber que la perdición está a la vuelta de la esquina.
De esta forma, nos vamos yendo, nos vamos despidiendo de este episodio de Punto Muerto.
Espero que lo hayan disfrutado tanto como.
Y como siempre les digo, “Elvis is still in the building, goodnight Montevideo City.”
Ah, y cierren las ventanas, ahí vienen los jinetes a buscarnos.