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Pink Floyd no era la banda de Roger Waters cuando se juntaron por primera vez en 1965.
No eran su banda después de que el líder Syd Barrett se volviera loco y dejara el grupo a finales de los años 60.
Ni siquiera eran su banda cuando finalmente se convirtieron en superestrellas mundiales en 1973 con “The Dark Side of the Moon”.

Sin embargo, cuando terminaron los años 70, Pink Floyd, para todos los efectos, era la banda de Roger Waters, en cierto modo por defecto, en cierto modo por una decisión no necesariamente consciente de su parte de hacer del grupo el recipiente de sus canciones personales y catárticas.
Waters participó en la escritura de cada tema de Pink Floyd que escucharemos y cantó (o compartió voces) en todas las canciones excepto en una, pero todos y cada uno de ellas llevan el sello de una de las voces más distintivas del rock.
De esa forma, la idea es centrarnos en temas en los que Waters sea la fuerza dominante, así que no estarán “Comfortably Numb”, “Another Brick In The Wall (Part II)” o “Money”, y por supuesto que nada del “Wish You Were Here”, si bien son algunos de sus momentos definitivos.

En todo caso, solamente queda una pregunta por hacer:

¿Hay alguien ahí fuera?

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La canción favorita de Pink Floyd del baterista Nick Mason, “Set The Controls Of The Heart Of The Sun”, también se destaca por ser el único caso en el que Syd Barrett y David Gilmour aparecen juntos en una grabación.
Aunque tiene relativamente pocos graves, es Waters quien claramente está en el puente: serpenteando peligrosamente lejos de las orillas de la estructura de la canción convencional y solo regresando a la mitad del camino.

Luego, en “The Nile Song”, Roger Waters compuso esta pequeña dosis de proto-metal difuso que sacudió la entonces actual fantasía folklórica de la escena psicodélica del Reino Unido y la arrojó sobre su cabeza rellena de Mandrax, que dicho sea de paso, era la droga (un sedante) que estaba de moda en el momento.
Un riff expansivo, sucio y extenso, inusualmente rudimentario en su composición, tiene a David Gilmour estirándose hasta el límite de su registro vocal, casi manteniendo el ritmo de los vertiginosos cambios de clave de la canción.

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Después de “Wish You Were Here”, el último álbum de Pink Floyd que incluyó contribuciones de composición de los cuatro miembros, la banda regresó con un LP de cinco canciones casi totalmente escrito y cantado por Waters (David Gilmour recibe un co-crédito de escritura y comparte la voz en “Dogs”).
Pink Floyd se estaba convirtiendo en la banda de Waters en “Animals”, un álbum conceptual sobre lo desagradable que era vivir en Inglaterra a mediados de los años 70.
La obra se inspira en cierta medida en el clásico “Animal Farm” de George Orwell, en el que los animales representan diferentes clases sociales.
En "Pigs (Three Different Ones)", Waters critica a los líderes ricos de la nación que llevaron a su país a la discordia y la pobreza.
“Animals” es el álbum más político de Floyd, y esta es una de las canciones más rabiosas de todos los tiempos de Waters.
Lo que es un decir.

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“The Gunner’s Dream” es un momento destacado de “The Final Cut”, donde Waters asume el control total musical y lírico.
Los méritos de esta monomanía se pueden debatir en otros lugares, pero el excelso solo de saxo, las cuerdas suaves, los teclados quejumbrosos y la poesía suave y elocuente golpean como un martillo.

Luego, “When The Tigers Broke Free”, famosa por haber quedado fuera de The Wall, sólo para encontrar un hogar más adecuado en la película del mismo nombre, es un análisis desgarrador y furioso de Waters sobre la muerte sin sentido de su padre en la batalla de Anzio en la Segunda Guerra Mundial, señalando el momento exacto en que lo grandioso deja lugar a lo introspectivo.
Una clase magistral de tensión dramática de construcción lenta.

Por último, si los mítines fascistas tuvieran una canción de apertura, sonaría exactamente como “In The Flesh”.
Con un riff poderoso y un discurso de odio del dictador totalmente creíble del personaje de Waters, la banda nunca ha viajado por caminos más oscuros antes o después que en esta canción.

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Waters alcanzó su cima creativa en “The Wall” de 1979.
Había estado avanzando hacia ello desde que la banda encontró su lugar seis años antes en “The Dark Side of the Moon”. "Hey You" (escrita por Waters, quien comparte voz con David Gilmour aquí) es el último e inútil intento del protagonista Pink de conectarse con el mundo que ha apartado.
En cierto sentido, puede leerse como el grito de ayuda de Waters (se había desinteresado y se había cansado del concepto de la banda y sus fans durante la gira mundial de Pink Floyd dos años antes); en otro, es exactamente donde quería y necesitaba estar.

Cuando Pink Floyd grabó “The Wall”, Waters prácticamente había tomado el control de la banda.
Si bien las canciones incluyeron la participación del guitarrista David Gilmour, quien también canta varias de ellas, el álbum es prácticamente de Waters de principio a fin.
Cuando el grupo se dispuso a grabar su secuela, “The Final Cut” de 1983, Waters fue el único compositor y, salvo una canción en la que comparte voz, fue el cantante principal y término siendo el álbum debut en solitario de Waters en todo menos en el nombre.
“The Wall” es la última resistencia de Floyd, y puedes escucharlo en canciones como "Run Like Hell", un riff paranoico y alimentado por drogas sobre los peligros del estrellato y sus paralelos con el fascismo.
Es una de las tres canciones de “The Wall” coescritas con Gilmour, si bien el sentimiento es todo de Waters.

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“The Dark Side of the Moon” marca la primera vez que Waters se vuelve personal al escribir canciones.
Profundizaría aún más en lanzamientos futuros, alcanzando su cúspide con “The Wall” y “The Final Cut”.
Sin embargo, es en la obra maestra de la banda que finalmente comienza a abordar los problemas que lo han atormentado desde la infancia.
Puedes oírlos hervir a fuego lento, incluso si aún no están en el punto de ebullición.
Junto con "Eclipse", "Brain Damage" es la pieza central de “Dark Side”, una suma de la pérdida, el dolor y la enfermedad que recorre el álbum.

De esta forma, nos vamos yendo, nos vamos despidiendo de este episodio.
Espero que lo hayan disfrutado tanto como.

Esto fue Roger Waters, en diez canciones de Pink Floyd, en Punto Muerto.

“Elvis is still in the building, goodnight Montevideo City.”