Lanzado hace 40 años, Stop Making Sense de Talking Heads es uno de los mejores álbumes en vivo de todos los tiempos.
Por otro lado, también es la banda sonora de una película del mismo nombre, lo que la convierte en una de las mejores bandas sonoras de una de las mejores películas de conciertos de la historia.
Lo que significa que me enfrento al desafío de rendir un homenaje adecuado al álbum en sí, que es lo que hacemos aquí en Punto Muerto, en lugar de quedar atrapado y convertir esto en un homenaje solamente a la película.
Lo que hace esto aún más difícil es que la banda sonora y la película están lógicamente fuertemente vinculadas. Entonces, si bien voy a tratar de concentrarme en celebrar la calidad increíble y atemporal del álbum Stop Making Sense, me disculparán si dedico algo de tiempo a hablar sobre la calidad increíble y eterna de la película Stop Making Sense.
Los Talking Heads fueron realmente impresionantes y atemporales.
Etiquetados como una banda New Wave o Art Rock, se unieron mientras asistían a la Escuela de Diseño de Rhode Islan.
Compuesto por David Byrne (voz principal y guitarra), Tina Weymouth (bajo), Chris Frantz (batería) y Jerry Harrison (teclados y guitarra), el grupo comenzó a lanzar álbumes a finales de los años 1970.
A mediados de la década de 1980, habían obtenido una buena cantidad de éxito y reconocimiento, y pudieron realizar una gira por los EEUU muy innovadora.
Años antes de que la gente comenzara a describir las conciertos como “experiencias multimedia”, Talking Heads estaba a la vanguardia cuando se trataba de montar un espectáculo complejo que presentaba muchas partes móviles, además del grupo que tocaba muy buena música.
La discusión sobre la banda sonora de Stop Making Sense también es un poco complicada porque hay varias versiones del álbum. Y no todas las versiones fueron creadas de la misma forma.
La primera versión disponible comercialmente no dio del todo en el blanco: tiene solo ocho canciones, presenta versiones editadas/acortadas y está secuenciada fuera de orden.
El último de esos tres errores es especialmente atroz, considerando que el espectáculo escénico está estructurado de manera meticulosa; por lo que saltearse el orden natural frustra el propósito.
Afortunadamente, el álbum fue reeditado en 1999, con las canciones en el orden correcto tal como aparecen en la película, lo que lo convierte esencialmente en una versión en audio de la misma.
Este tributo refleja esencialmente esa versión de la banda sonora, que se reeditó nuevamente en 2023, para celebrar 40 aniversario y la restauración de la película.
Todas las canciones están remasterizadas y el álbum incluye dos temas que no aparecieron en la versión teatral de la película.
La película Stop Making Sense se centra únicamente en la actuación de Talking Heads en el escenario.
El director Jonathan Demme filmó cuatro de los shows del grupo en diciembre en el Hollywood Pantages Theatre y mantuvo toda la acción en el escenario.
No hay imágenes de entrevistas con el grupo ni de nadie más.
De hecho, apenas hay tomas del público.
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Talking Heads estaban de gira para promocionar su álbum Speaking in Tongues (1983), lanzado apenas seis meses antes.
Esto se refleja en el setlist del show, que incluye dos tercios del álbum.
Speaking in Tongues fue el lanzamiento más exitoso y de mayor acceso comercial del grupo, ampliando su atractivo para la generación MTV.
Los Talking Heads son conocidos por su estilo musical ecléctico que se basa en una amplia variedad de géneros, pero a lo largo de Stop Making Sense se apegan principalmente a su material más influenciado por el rock y el soul/funk. Suena muy bien, ya que dan nueva vida tanto a los temas establecidos como a los nuevos (en ese momento, claro está).
Junto con la formación principal, el grupo incorporó varios colaboradores dentro de las sesiones de grabación de Speaking In Tongues para la gira. El más destacado de ellos es Bernie Worrell, el mago del teclado que hizo su leyenda con Parliament-Funkadelic.
Alex Weir, un guitarrista y músico de sesión que frecuentemente grababa con los Brothers Johnson, también es parte integral del espectáculo, al igual que el talentoso percusionista Steve Scales.
Lynn Mabry y Edna Holt, quienes acompañaron a la banda a partir de esta gira, añaden sus potentes voces como coristas.
El álbum/película comienza con Byrne solo en un escenario desnudo, tocando una versión extremadamente minimalista de “Psycho Killer”, en la que solo él toca la guitarra acústica y una pista de batería tocada a través de un boombox (un radio grabador de aquella época) colocado a su lado, si bien los sonidos en realidad emanan de una máquina de ritmos a través de la mesa de mezclas del lugar.
De ahí surge el resto del grupo, con Weymouth uniéndose a Byrne para interpretar una versión exquisita de “Heaven” a dúo.
Franz y Harrison (a la guitarra) emergen para interpretar “Thank You For Sending Me An Angel”, y a medida que avanzan estas canciones, el equipo de escenario va armando gradualmente el mismo.
Así llega “Slippery People” que es uno de los primeros momentos destacados.
Harrison en teclados y Scales en percusión dan su mejor exhibición del concierto, demostrando ser un anclaje sólido para el grupo.
Mientras tanto, la banda se mueve con precisión, alimentándose de la respuesta del público.
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Las cosas van avanzando hasta que todo el grupo está en el escenario, lo que lleva a una interpretación atronadora de "Burning Down the House".
La canción es y fue el sencillo más exitoso del grupo, y personalmente prefiero esta versión en vivo a la que aparece en Speaking in Tongues. Mucho de eso tiene que ver con Worrell, cuyo trabajo en los teclados solo aumenta la atmósfera siniestra y la vibra severamente funky de la pista. La energía del grupo sale de los parlantes (y fuera de la pantalla), cautivando a la audiencia.
A veces, el aspecto visual contribuye mucho a la actuación. Escuchar la presentación en vivo de “Swamp” es bueno, pero se ve reforzado al ver a Byrne levantarse de una de las gradas como un zombi reanimado, tambaleándose por el escenario mientras está bañado en luz roja.
El grupo hace una interpretación sencilla de “This Must Be the Place”, una de las mejores y más hermosas canciones que jamás hayan grabado.
En la película, se traduce aún mejor, ya que Byrne ofrece esencialmente su actuación más perfecta del espectáculo, hasta el gran final, donde baila con una lámpara que sirve como una de las únicas fuentes de iluminación del escenario.
Las imágenes de la película son sin duda parte de por qué las interpretaciones de la banda de “Life During Wartime” y “Girlfriend Is Better” son tan apreciadas.
En “Life During Wartime”, Byrne se convierte en un desastre sudoroso, primero a través de sus maniobras de baile elásticas y luego corriendo en círculos alrededor del escenario mientras la banda alcanza su crescendo.
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“Girlfriend Is Better” proporciona a la película sus imágenes más icónicas, mientras Byrne retoza con un traje cómicamente grande.
En una entrevista con la revista Time, reveló que el traje estaba parcialmente inspirado en las representaciones de teatro Noh a las que asistió en Japón.
La versión de “Girlfriend Is Better” en la banda sonora también es superior a la versión del álbum, principalmente debido a Worrell.
Reduce esa especie de disonancia que estuvo presente en sus contribuciones a la canción en Speaking in Tongues, sonando más concentrado y metódico, si se quiere.
La interpretación de la banda de “Once in a Lifetime” también es memorable y sirvió como sencillo para promocionar el lanzamiento de la película y la banda sonora.
En la película, la cámara se enfoca principalmente en Byrne, centrándose en él durante una toma de más de cuatro minutos y medio mientras gesticula salvajemente, se mueve y se da una palmada en la frente. Worrell, Harrison y Weir brillan, pero Byrne, Mabry y Holt son la fuerza impulsora.
Todos dan su mejor interpretación vocal del álbum, imbuyendo a la canción de una sensación vertiginosa y de otro mundo.
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Stop Making Sense fue lanzado en setiembre de 1984 y presenta nueve pistas de la película, aunque con un tratamiento y edición especiales para el disco.
El álbum pasó más de dos años en la lista Billboard 200 y fue su primer álbum distribuido por EMI fuera de Norteamérica.
El álbum ocupó el puesto 345 en la lista de la revista Rolling Stone de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos.
En el año 2000, fue votado en el puesto 394 en los 1000 mejores álbumes de todos los tiempos de Colin Larkin.
En 2012, Slant Magazine incluyó el álbum en el puesto 61 de su lista de "Mejores álbumes de la década de 1980".
La reedición por el cuarenta aniversario del álbum de 2023 incluye algunas canciones que no habían aparecido en ninguna versión de la banda sonora y solo en la versión LaserDisc de la película.
La primera de ellas es una interpretación sencilla de “Cities”, que es técnicamente la primera canción que presenta a todos los miembros de la banda extendida juntos en el escenario por primera vez.
Hacia el final del set/álbum también hay un mini popurrí de “Big Business” y “I Zimbra”.
Como conclusión, Stop Making Sense fue el punto culminante de Talking Heads. El grupo lanzó algunos álbumes más, tuvo algunas canciones de gran éxito y realizó algunas giras más. Dicho eso, todo salió perfecto para esta gira, álbum en vivo y película. Muchos han dicho que Talking Heads eventualmente se convirtió en una especie de campo de prueba para las ideas de Byrne, hasta que finalmente dejó la banda para dedicarse a ser solista.
En todo caso, Stop Making Sense demostró lo potentes que podían ser mientras trabajaban como una unidad de alto poder creativo, dejando a la audiencia gritando por más.
De esta forma, nos vamos yendo, nos vamos despidiendo de este episodio.
Espero lo hayan disfrutado tanto como yo.
Esto fue Stop Making Sense, de los Talking Heads, en Punto Muerto.