El último disco de U2 de llama “Songs of Surrender” y fue lanzado el 17 de marzo de 2023.
El álbum presenta 40 viejas canciones de U2, regrabadas y reimaginadas (como ha dicho la banda) durante los confinamientos por la pandemia de COVID-19.
El mismo está producido por The Edge y coproducido por Bob Ezrin, Bono, Duncan Stewart, Declan Gaffney y Richard Rainey; a quienes también se les atribuye la producción de varias pistas.
Adam Clayton reveló que la banda estaba trabajando en un proyecto de este tipo en 2021 a través de U2 X-Radio y dijo:
“Estamos jugando con la estructura de algunas de las canciones que tenemos y colocándolas en un entorno más acústico.
Edge estaba un poco aburrido y dijo: ”Veamos estas canciones e imaginémoslas en un contexto diferente.”
Así que estamos jugando con eso.
Creo que es una oportunidad para explorar diferentes versiones de la banda de alguna manera, porque es en gran medida material de los primeros días, es embrionario, podría ir en algún lugar entre Leonard Cohen o Johnny Cash, muy despojado y desnudo, hacia algo que es muy exuberante".
Un tiempo después, también fue Adam Clayton quien declaró en la revista Mojo: “Fue en gran medida un proyecto de Bono y Edge. Comenzó siendo, ‘¿Cómo podríamos hacer algo que reflejara los capítulos del libro de Bono?’ Las canciones tenían que mostrar algún tipo de perspectiva y desarrollo”.
El libro autobiográfico de Bono, lanzado en Diciembre de 2022, se llama “Surrender” (“Rendirse” en español) y su título está basado en el concepto de rendirse espiritualmente para ser uno mismo.
Justamente, el libro está dividido en 40 capítulos que tienen por nombre canciones de U2.
De hecho, en el audiolibro relatado por Bono, se podían escuchar algunos adelantos de “Songs Of Surrender”.
La grabación del álbum se realizó de forma remota en 2021 y principios de 2022.
Ya avanzado 2022, Bono y The Edge estuvieron en el estudio varias veces y Adam se unió a algunas de estas sesiones.
La mayoría de las partes de batería de Larry se grabaron de forma remota.
El 9 de enero de 2023, se produjo el primer adelanto del anuncio del álbum cuando 40 fans de todo el mundo recibieron cada uno una carta de The Edge.
En la carta, The Edge escribió: “La música te permite viajar en el tiempo, por lo que comenzamos a imaginar cómo sería traer estas canciones con nosotros hasta el presente y darles el beneficio o no, de un siglo XXI reimaginando.
Lo que comenzó como un experimento se convirtió rápidamente en una obsesión personal, ya que muchas de las primeras canciones de U2 dieron paso a una nueva interpretación.
La intimidad reemplazó la urgencia post-punk.
Nuevas tonos. Nuevos acordes. Llegaron nuevos tempos y nuevas letras.
Resulta que esa gran canción es algo indestructible”.
La idea del programa no es repasar los mayores clásicos de los irlandeses en sus nuevas versiones, sino presentarles algunas de las que creemos son las más logradas, prestando mayor atención a canciones no tan populares, o a algunas muy populares, pero que fueron más deconstruidas.
Con esto en claro, comenzamos nuestro repaso de algunas de las mejores canciones reimaginadas, como dice U2, con “Stories For Boys”. Un tema que perteneció a su primer álbum “Boy”, de claro corte post-punk, que en esta interpretación se vuelve una bella balada de piano cantada por The Edge,
A continuación seguimos con otra canción de sus orígenes, “11 O’Clock Tick Tock”, editada el 16 de Mayo de 1980.
Una canción muy querida por los fans de la banda, un clásico en vivo de sus primeros años con el sonido característico de esos tiempos de U2, que para este álbum se transformó en un número acústico, que bien podría ser parte de un disco de alguna banda indie pop, aunque con una coda en la que Edge se apodera completamente del tema.
Cerramos el bloque con una canción perteneciente al álbum “War” de 1980, “Two Hearts Beat As One”, transformada de un punk rock casi Clash, a un tema con influencias disco, bailable, con un The Edge nuevamente en la voz líder, diciéndonos que no puede para de bailar, esta es su última oportunidad.
Continuamos con uno de los himnos de U2, la canción con la que llegaron a muchísima gente en el Live Aid y es parte de su álbum de 1984 “The Unforgettable Fire”.
Estamos hablando de “Bad”, que en una versión completamente acústica, logra transmitir la misma emoción que la original, aunque con un Bono menos exuberante vocalmente, pero con una interpretación sentida y una letra cambiada que reza “podrías tenerlo todo, si dejas todo”, resumiendo todo el concepto de “Surrender” en una frase.
Luego escucharemos "Red Hill Mining Town”, perteneciente a “The Joshua Tree” de 1987, que es una canción influenciada directamente por Bob Dylan, a quien Bono conoció por primera vez en 1984.
El tema se centra en la huelga de 1984 del Sindicato Nacional de Mineros en Gran Bretaña que se produjo en respuesta a la campaña de la Junta Nacional del Carbón, durante el gobierno de Margaret Tatcher, para cerrar minas no rentables, lo que dejaba a muchísima gente de clase trabajadora sin trabajo.
Esta versión es muy parecida, por no decir idéntica, a la interpretada por U2 en la gira treinta aniversario de “The Joshua Tree”, e incluye vientos que acompañan toda la canción.
Así llegamos a los experimentales noventas de U2, con la canción que comenzó a derribar “The Joshua Tree” y lideró la transformación sónica de “Achtung Baby” en 1991.
“The Fly” está lejos del riff estridente o esa batería casi industrial del original, tiene un ritmo cadencioso, casi funk, basado en un fenomenal bajo de Adam Clayton, una percusión justa, con un Bono recitando cada palabra detenidamente y un solo de guitarra acústica final de The Edge que termina de elevar la canción.
Proveniente también del “Achtung Baby”, escucharemos una exquisita versión acústica de “Until The End Of The World”.
Recitando versos de una supuesta carta de Judas a Jesús, The Edge nos envuelve con una guitarra acústica, mientras Bono canta a tu oído sobre la traición de hombre, con el guitarrista también cantando aunque en un volumen más bajo, cosa que de alguna forma logra generar cierta intimidad con el oyente, cierta complicidad.
Luego llegamos a la época de “Zooropa”. 1993, “ZooTv Tour”, sobrecarga de estímulos y una canción dedicada a Charles Bukowsky.
“Dirty Day”, una densa historia sobre un hombre que dejó a su familia y años después encuentra a su hijo, pasa de ser una pesada canción con un bajo que la conduce y la guitarra arremolinada de The Edge que libera la tensión, a un tema que parece sacado del Lou Reed de finales de los 70, más precisamente de “Street Hassle”.
Una pequeña joya.
Lou se sentiría orgulloso de sus discípulos.
Finalmente en el siglo XXI, nos vamos al 2004, al álbum “How To Dismantle An Atomic Bomb”, con dos canciones de aquel disco.
Primero “Vertigo”, single insignia de aquella placa, un enorme éxito en las listas y parte de una asociación entre U2 y Apple para lanzar el iPod U2.
Un tema de clásico estilo punk, aunque pasado por el filtro de los irlandeses, que es una bomba en vivo.
Para “Songs Of Surrender”, U2 reemplaza el pegadizo riff de guitarra por un violonchelo, cortesía del maestro croata Hauser, quien también participa en otras canciones del trabajo.
Después repasaremos “City Of Blinding Lights”, que supo ser introducción no solamente en los conciertos del “Vertigo Tour”, sino que para la mismísima campaña de Barack Obama en 2008, e incluso fueron invitados por el ex-presidente de los EEUU para participar de su fiesta de su investidura en el Lincoln Memorial, donde lógicamente tocaron la canción.
“A veces
No puedo creer mi existencia
me veo desde la distancia
Y no puedo volver a entrar”
“The Little Things That Give You Away”, de Songs Of Experience, que demuestra con esta versión ser tan fuerte como algunos de los mejores momentos de su vasto canon.
“Songs Of Surrender” es un gesto grandilocuente, como los que suele tener U2, que siempre piensa en grande.
Hubiese sido más fácil editar un EP, o un típico álbum de 12 canciones, pero estos irlandeses no hacen las cosas así.
Ellos encontraron una idea, un concepto y lo llevaron al límite, presentando cuarenta canciones de toda su carrera, obviando los límites comerciales y sin pensar demasiado que lógicamente iba a ser más difícil de abarcar críticamente.
Este es un álbum particularmente importante para Bono y the Edge como intérpretes y compositores.
El canto de Bono ha cambiado a lo largo de los años, ya que ha encontrado nuevos rangos vocales, favoreciendo la interpretación por sobre la potencia.
Dicho eso, es The Edge quien se siente más triunfante aquí.
Demostrando que además de ser uno de los guitarristas más influyentes de las últimas décadas, en “Songs of Surrender”, te recuerda que estas son buenas canciones que se pueden reimaginar sin ningún tipo de decoración.
Esto fue “Songs Of Surrender”, de U2, en Punto Muerto.