Cuando pensamos en la palabra “bendición”, muchas veces la asociamos con cosas materiales: casa, salud, trabajo, dinero, éxito. Pero en la Palabra de Dios, la bendición verdadera va mucho más allá de lo terrenal.
En Efesios 1:3 leemos: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.”
🔹 Dios ya nos ha bendecido. No es algo que esperamos recibir, es algo que ya nos fue dado a través de Jesucristo.
🔹 Estas bendiciones no dependen de las circunstancias, sino de nuestra posición en Él.
🔹 Somos bendecidos con perdón, gracia, salvación, propósito, identidad, paz y una esperanza eterna.