29-4-2016.-"CON AMIGOS" EL PROGRAMA SEMANAL QUE LA FUNDACIÓN AYNAT, EN ASOCIACIÓN CON LA BASÍLICA DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN PRESENTA CADA SEMANA DESDE YECLA.
La templanza es la virtud que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad.
Cuando decimos moderar nos referimos a controlar, no a reducir la cantidad. No hay templanza en emborracharse sólo una vez cada tres meses, sino en saborear el alcohol sin perder el dominio sobre sí mismo.
Hablamos de equilibrio, porque hay sistemas espartanos que llevan a la excesiva rigidez y provocan verdaderos trastornos en la personalidad.
Los medios que ayudan a vivir la virtud de la templanza son:
Vigilar: porque los instintos no mueren.
Orar: porque el pecado original nos ha desequilibrado y la concupiscencia actúa.
Sacrificio, porque los instintos hay que disciplinarnos con esfuerzo y continuidad. Hay que caminar por la “senda derecha”.
El don del Espíritu Santo que corresponde a esta virtud es el don del temor.