El eje CIA-SIP formó un poderoso aparato para la complementación de los planes desestabilizadores del Departamento de Estado en América Latina. En 1954, una operación típica de la prensa ligada a la SIP, provocó el derrocamiento del presidente de Guatemala Jacobo Arbenz. El caso más emblemático fue la campaña contra Salvador Allende, a partir de su asunción como presidente, teniendo como principal desestabilizador al diario El Mercurio (Chile), el equivalente a La Nación y Clarín en Argentina.