Mientras el mundo celebra una tregua temporal en la guerra comercial entre China y Estados Unidos, los efectos colaterales ya se sienten en toda Asia. El acuerdo firmado en mayo de 2025 ha reducido drásticamente los aranceles: del 145% al 30% por parte de EE. UU. y del 125% al 10% por parte de China. Esta inesperada distensión ha puesto en jaque a la estrategia del "China + 1", que había impulsado una avalancha de inversiones hacia países como Vietnam y Malasia. Con la pérdida del incentivo arancelario, las promesas de inversión extranjera en Vietnam cayeron un 30% solo en abril, reflejando cómo un simple giro diplomático puede redibujar las cadenas globales de suministro.
Al mismo tiempo, gigantes del comercio electrónico como Shein, Temu y AliExpress se perfilan como los grandes ganadores del nuevo pacto. La reducción de los aranceles sobre importaciones "de minimis" —envíos pequeños y rápidos que escapan a los impuestos convencionales— refuerza su modelo logístico y acelera su dominio en los mercados occidentales. Mientras tanto, Pekín lanza un mensaje claro al mundo: las políticas intimidatorias solo llevan al aislamiento. Con un canal de diálogo permanente ya en marcha, tanto Washington como Pekín buscan evitar nuevas escaladas. Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿cuánto durará esta calma antes de la próxima tormenta comercial?