Hoy os traemos una historia muy rara.
En sus primeros días, la empresa FedEx estaba al borde de la quiebra y no podía ni siquiera cubrir su factura de combustible.
El futuro de la compañía era incierto, pero su fundador decidió apostar todo, literalmente.
Cogió los últimos 5.000 dólares de la empresa y se fue a Las Vegas.
Allí, con mucha suerte, ganó 27.000 dólares, lo que permitió salvar la empresa y mantenerla a flote.
Ese dinero fue el principio de todo.
Para 1976, FedEx ya generaba 3,6 millones de dólares en beneficios.