¿DÓNDE ESTÁ EL ATMAN?
Fuente: Curso de Kundalini 2023.
Fecha: 21/10/2023
Audio de 9.14 minutos.
¿Dónde está el Atmán? En todas partes, pero es difícil verlo en todas partes si primero no lo vemos en nosotros, lo de en todas partes lo dejamos para después. El Atmán está en nosotros. Hay una parte que es el ser y una parte que es el no ser. Cuando tenemos que discriminar para unirnos al ser, en las prácticas tenemos que distinguir y discriminar en nosotros el ser del no ser para conectarnos con el ser. Todas las prácticas tienen que ir dirigidas a conectarnos con el ser. “Dedico mis prácticas a unirme con Krishna”. Y ¿Dónde está Krishna? Es esa parte en nosotros que es el ser.
El ser es sat chit ananda, vida, conciencia y dicha. La vida y la dicha es difícil localizarlas, pero somos un centro de conciencia y tenemos que ir a la conciencia, a eso que se da cuenta y dirigir la práctica para conectarnos con eso.
Dice Krishna en la Bhagavad Gita a Arjuna: “Con Avyasa y Samya Me alcanzarás”.
Samia es tener siempre en la mente la meta a alcanzar. La meta a alcanzar está adentro, tenemos que tener siempre presente esa parte que es el ser. Hay algo en nosotros que es el ser y todo lo demás es del no ser. El no ser tiene esa parte que es inferior, ese es el demonio, la bestia humana que está en todos, ahí están los celos, la rabia, la pereza, la gula, la ira, la soberbia, todo está ahí, esas cosas que nos caracterizan.
La gula está en todos porque a todos nos gusta comer a no ser que tengas úlcera de estómago. La pereza nos entra después de comer y la lujuria cuando estás sin hacer nada. La avaricia cuanto más tenga más ligo y la avaricia nos lleva a la envidia porque el otro tiene más que yo y la envidia a la ira y la ira a la soberbia. Estas son las características negativas del yo inferior, son los pecados capitales, pero no porque sean pecados sino porque son las tendencias del yo inferior que siempre termina ahí dando vueltas, siempre dando vueltas a lo mismo. Esto pertenece al no ser y de eso salen luego las murmuraciones, las mentiras, los falsos testimonios, las traiciones, las deslealtades y todo, del juego del yo inferior, pero está en todos. En unos habrá un aspecto más fuerte que en otros, pero está en todos, pertenece al yo inferior y por lo tanto al no ser.
El no ser ¿con que chakras tiene que ver? Muladhara, Swadistana, Manipura está con un pie aquí y otro allá. Estas son las características que nos adornan o que más bien nos afean.
Por otro lado, tenemos la otra parte que es la que tenemos que distinguir y unirnos. Cuando hacemos las prácticas, ya sea cualquier cosa, pranayama, asanas, relajación, siempre ahí, distinguir el ser, eso es la discriminación átmica que dice el Bhagavad Gita: “Aquel que con discriminación átmica dedica sus pensamientos a Mí”, está todo el rato Krishna dando la lata “aquel que con discriminación átmica dedica sus acciones a Mí”. Si no hay discriminación átmica, ¿cómo vas a dedicarle a Él? ¿Si no sabes que está ahí funcionando? Lo primero que tenemos que hacer es distinguir el ser o Krishna o el âtman, que es lo mismo, en nosotros y dirigirnos ahí, no tenemos que buscar afuera, eso es el hombre primitivo e ignorante que ve la separación entre lo divino y lo humano, dvaita vedânta, y nosotros estamos en el Advaita, no hay separación, aunque sí hay separación en nosotros. En nosotros hay una parte divina, otra humana y otra parte que es animal, así como suena, animal, y si no mirar el telediario y veréis como se distinguen las partes humanas. Las masacres y esas cosas ¿quién las hace? ¿la parte divina, la parte humana o la parte animal? Esto está en todos, pero el yoga se trata precisamente de activar esa parte divina y humana para que sepa dirigir a la otra y que la otra no domine.
Bueno, discriminación átmica, dedico la práctica a conectarme con el Atmán que está adentro, ahora ¿Qué parte de mi es el Atmán? Eso que ve, eso que está ahí consciente dándose cuenta, está ahí presente, siempre está y hay que ir ahí.
Vamos a hacer respiración abdominal para relajarnos y eso nos sirve también para discriminar la parte de nosotros que es la parte divina y no la otra.
Transcrito por Isha.