Y sigue la lista. Eso decimos cuando invocamos esta palabra del latín que invadió casi todas las lenguas del mundo. Pero al decir etcétera, dejamos de decir un montón de cosas. Nos preguntamos si no estamos ante un recurso para omitir la verdad. Si al decir etcétera no estamos renunciando a lo exhaustivo. Enumerar y evitar. Pasar la responsabilidad de la comprensión al interlocutor. Subestimarlo o sobreestimarlo. O sobre estimarnos nosotros tras una erudición tan violenta como falsa. MEJOR NO ME LO DIGAS, parece decir etcétera, y allí hablamos con Roberto Saunier, psicoanalista y dramaturgo, autor y director de la pieza teatral de ese nombre, para indagar en los sobre entendidos, los mal entendidos, y lo que no queremos entender. Y buscamos los deportes perdidos en el etc., para encontrarnos con Alejo Solito, campeón juvenil de levantamiento de pesas. Hacemos un juicio al etcétera, poniendo a ligera prueba nuestra capacidad de abarcar un tema hasta agotarlo. Y el que nos agota es un pseudo Torrente, que al hablar nos entrevera con su "y tal y tal", y todo lo demás, etc.