Me gusta pensar en el sabor de tus besos, perderme un poco en ese aire que lleva tu esencia que me hace cerrar los ojos para perderme en una visión parecida a esa que cuentan los que estuvieron del otro lado y se les pasan todas las imágenes de su vida en un instante, las mías son visiones de ti sonriendo en la iglesia por algún rezo mal oído siempre ridículo,te veo en la desgracia de algún distraído, tengo imágenes de ti cuando abro los ojos y me besas, en ese instante en que me hago liviano en completa unión con lo perenne; desapareces, en los pensamientos se siente la execración, siento el desvanecimiento de una sensación que te vuelve famélico, quieres mas en el espacio gris que evoca lo no muerto, ese que invade en tu ausencia; la mas densa niebla invade los huesos, el pensamiento rehuye alienado por la demencia, no pareciera creíble pero llego a dudar de tu existencia; tengo una leve luz para escribir aquello que guardo en mis adentros, no se lo dejo al olvido, al desencanto, como un no muerto que recuerda su humanidad, entregando todas sus faltas y glorias, los santos y demonios dejo atrás con su luz y oscuridad, para obtener un poco de ese encuentro con la parte sensible, para alejarme de ese abrazo eterno que me da la muerte; eres así entonces donde estés, la personificación del paraíso, se lo pedía a las estrellas, ellas son las únicas por las que alzo la mirada y entonces me pusieron delante de mi el beso mas dulce y doloroso, porque se te clava en todas las tinieblas, quema la hierba seca en tu interior, allí permanezco en la profunda estepa cuidando la única flor que igual que yo responde al estimulo feneciente de la luna, astro único que alimenta mis adentros, es la vida que otorga a mi yerma conciencia para comprenderlo todo, duele como una cura de lo inerte y propio de mi ser, ver la luna y las estrellas provocan el grito de estertor que detiene el acto pútrido que descompone mi interior, devolviendome tu imagen poderosa llena de magia, acto fatuo por el que navega mi barco hacia aquel astro diurno que no veré jamas.