Una de las satisfacciones más grandes que Dios nos concede a los seres humanos es el de ser padres y ver a nuestros hijos en la etapa de los 2 y 3 años edad es fascinante y como padres esperamos que nuestros hijos crezcan y se fortalezcan pero un bebé que no crece nos trae una gran preocupación porque lo natural y normal es que el niño crezca.
De la misma manera si lo trasladamos al ámbito espiritual. Tienes que saber que estamos hechos para crecer y casi todos los problemas del mundo se deben a la inmadurez espiritual.
3 Juan 1.2: Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.