Juan 11:38-44 nos enseña cómo la vida de las personas está atada aún cuando han recibido al Señor en su corazón, por lo que es necesario identificar cuales son aquellas ataduras que no permiten que avancemos y romperlas con la autoridad del Señor para que disfrutemos toda la plenitud de bendición que Dios tiene para nuestra vida.