La vida de Esteban nos enseña que un discípulo de Cristo cualquiera que sea el área en la que se desempeñe, es alguien lleno del Espíritu Santo por lo que siempre estará dispuesto a hacer algo por su congregación y a manifestar el amor de Dios en aquellos que no le conocen, mostrando con su vida cuál es la voluntad de Dios aún a costa de su vida. Hechos 6 y 7