68 posiciones de cámara y 55 segundos de duración para la escena que probablemente ha provocado más estudios y generado más análisis plano a plano de la historia del cine.
El diseño minucioso de la secuencia, la magia del montaje y la utilización de las luces y el enfoque lo hicieron posible pero no podemos olvidar papel tan importante que juega la música en la escena de la ducha de 'Psicosis'.
Aunque las imágenes no mostraban ni una sola incisión del cuchillo en el cuerpo de Janet Leigh, los espectadores sentimos casi en nuestras propias carnes cada una de las cuchilladas, gracias a los chirriantes violines de Bernard Herrmann.