El Escuadrón Rebelde, la mítica unidad de ala-X que jugó un papel decisivo en la destrucción de las Estrellas de la Muerte y en todas las grandes victorias obtenidas por la Alianza, había pagado un precio muy alto por su inapreciable contribución a la causa de los rebeldes. Después de haber perdido muchas vidas, el Escuadrón Rebelde había acabado convirtiéndose en un símbolo amado y respetado que por fin parecía iba a poder abandonar la lucha para pasar a ser un mero recuerdo inolvidable.
Pero la muerte del Emperador no había bastado para acabar con el Imperio: los señores de la guerra todavía conservaban un gran po¬der, y la temible presencia de Ysanne Isard, la implacable directo¬ra del servicio de inteligencia imperial conocida como Corazón de Hielo, amenazaba con imponer nuevos horrores y tiranías a una ga¬laxia que no parecía capaz de sacudirse el yugo imperial.
Wedge Antilles, el comandante del Escuadrón Rebelde, sabía que la guerra no había terminado y que su unidad tendría que volver a pa¬gar el elevado precio en vidas exigido por su papel de punta de lanza del avance de la Alianza. Una vez más, el Escuadrón Rebelde volvería a estar presente en los frentes de guerra para ocuparse de las misiones más arriesgadas y para aniquilar a los contingentes de cazas y navíos de combate imperiales que protegían el camino hacia Coruscant, el corazón de un Imperio que se negaba tozudamente a desaparecer.
Pero antes Antilles tendría que enfrentarse a la difícil tarea de convertir a un grupo de jóvenes pilotos temerarios e indisciplinados en una auténtica unidad de guerreros espaciales capaces de operar como una maquinaria perfectamente engrasada. Esa tremenda tarea le obligaría a conseguir que hombres como el thyferrano Bror Jace y el corelliano Corran Horn aprendieran a confiar en pilotos alienígenas a los que acababan de conocer y, al mismo tiempo, lograran superar las rivalidades que habían surgido entre ellos después de que ambos decidieran alzarse con el codiciado título de as del Escuadrón Re¬belde.
Bajo la firme dirección del curtido comandante corelliano, el Es¬cuadrón Rebelde se dispondría a iniciar una nueva estela de victorias gloriosas y hazañas increíbles. Pero para ello tendría que sobrevivir a las astutas trampas y los diabólicos planes de Ysanne Isard y de su mano derecha Kirtan Loor, el agente de inteligencia imperial dotado de una asombrosa memoria y una increíble retentiva visual. Isard y Loor estaban firmemente decididos a aniquilar al Escuadrón Re¬belde..., y no se detendrían ante nada con tal de alcanzar su meta.