Cuando uno se lanza tras sus sueños particulares para encontrar la felicidad, ciertamente, se esconde de ella y de la realidad plena del Ser, porque los sueños son los astutos escondites del ego para que no reconozcas que él es ilusorio y no tu verdadera identidad. Despierta, pues, de todos tus sueños no significándolos como dignos de crédito y realizarás la vivencia de Lo Inefable, Santo y Eterno.