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Description

Únicamente cuando tomamos conciencia de la Consciencia, de la presente presencia de Lo Inefable, florece y madura en uno la certeza de la eterna plenitud de la vida, su indivisa Divina Unicidad. Vivenciando, desde entonces, una paz y una felicidad más allá de toda personal concepción, que deposita en el corazón silente una fragancia y una nutrición del alma que sacia totalmente al hambriento de Verdad, y calma definitivamente al sediento de auténtico Amor.