No te ataques desde dentro. Mantente vigilante de tu pensar: Observa si lo que piensas viene de un ámbito puro y bendito o si, por el contrario, proviene de memorias personales, de interpretaciones egoicas o expectativas especiales. Ya que si los pensamientos no son de la esencia (del Amor y la Luz) acarrearán a tu vivir sufrimiento, tiniebla y temor; boicoteándote con ellos a ti mismo aunque creas, al darles valor, que lo que te angustia viene de afuera.