Tomar conciencia de la Consciencia Plena es tan sencillo y simple como amar sin separatividad y exclusividad, abrazando con corazón todoabarcador la vida toda.
Lo que ES, es sin opuesto ni fin. El error que parece complicarlo todo, parte de la creencia de ser un yo personal que se cuenta una historia de esfuerzo, competitividad y logro, que es como una llave forjada en el pasado buscando -perdida en el presente- una imaginaria cerradura futura con la que abrir la puerta del Cielo. Mas aquí y ahora, en el tiempo y forma, lo que nos une a la Plenitud Eterna del Amor de DIOS sigue como antes y después del tiempo y la forma. Pues la Consciencia Pura no ha abandonado Su Intemporal Fuente, ni siquiera dentro de las ilusiones del ego.