Muy buenas noches, familia de Dos Rombos. Espero que estéis todas y todos ahí ya preparadas y preparados para disfrutar de una hora y media de contenidos ricos en igualdad y sexualidad. Porque queremos aprovechar este espacio que se nos ofrece para dar un punto de vista alternativo a lo que ya nos ha contado la tradición y el sistema heteropatriarcal.
Seguimos hablando en el mes de febrero de relaciones de pareja. Y nos vamos a volver a detener en la concepción del amor romántico, aprovechando que estamos muy cerca de San Valentín. Vamos a ver como no siempre nos vale ese dicho tan famoso del “amor lo puede todo”, y como a veces llega a ser muy peligroso para la pareja.
No. El amor no puede con todo. Estamos hoy aquí para derrumbar ese mito. Y es que, casi todos tenemos en mente esa película romántica donde el amor todo lo puede y logran sobrepasar dificultades para terminar comiendo perdices felices. (Felices ellos, no las perdices). Una relación puede y debe ser maravillosa y no queremos decir que todas dejan de serlo, no ni mucho menos. Lo que sí es verdad es que el tiempo hará cambiar la idea y concepción de relación, y habrá que ir adaptándose progresivamente a las nuevas circunstancias que nos brinda la vida. Pero claro, si introducimos aquí la idea de que el amor todo lo puede, estaremos asumiendo el riesgo de entrar en una relación tóxica, donde se justifiquen los celos, o la posesión del uno sobre el otro.
Por eso mismo, tenemos que coger con pinzas al amor romántico. Podemos aprovechárnos de él, montarnos nuestras películas, utilizarlo para hacer una escapada romántica u organizar una cena íntima, pero siempre teniendo en cuenta que ese ser al que llamamos amor romántico, no es una superheroína ni un superhéroe que todo lo puede. Bienvenidas y bienvenidos a Dos Rombos, comenzamos. Programa número 91.