A la luz de la luna todo es azul. Lo que viene a parecerse a nuestro refrán de “por la noche, todos los gatos son pardos”. Esto nunca ha tenido tanto sentido como ahora, cuando nos encontramos ante una película en la que la propia identidad, o la ausencia de ella, sostiene todo el argumento. En esta Cata del cine: Moonlight.
