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ESCUCHA EL AUDIO DEL SANTO DEL DIA, 29 MARZO, SAN ROSENDO
Rosendo pertenecía a una noble familia de Galicia y se destacó por ser un joven muy serio y devoto. Era tan estimado y respetado que cuando la diócesis de Dumium quedó vacante, el pueblo le eligió obispo.
En vano Rosendo alegó que sólo tenía 18 años y que era inepto para esta dignidad, pero el pueblo insistió tanto que le obligo a aceptar el cargo.
Su gobierno fue totalmente diferente al del obispo anterior, al punto que el rey Sancho de Compostela le pidió a Rosendo que tomase también el gobierno de su diócesis y tuvo que aceptar contra su voluntad.
En una ocasión, hallándose ausente el rey Sancho, los normandos cayeron sobre Galicia y los moros invadieron Portugal.
San Rosendo se puso al frente del ejército y al grito de "algunos ponen su confianza en los carros de guerra, otros en los caballos, pero nosotros invocamos el nombre del Señor" lograron rechazar los invasores hasta que huyeron de sus territorios.
Después de la muerte del rey Sancho, tras varias amenazas Rosendo se retiró hasta que, en una visión, recibió la orden de ir a fundar otra abadía en el sitio que le sería mostrado. Para gran gozo suyo, fue conducido al valle de Villar, que pertenecía a sus antepasados. Allí erigió el monasterio de Celanova.
Nombró superior a un monje llamado Franquila, y él mismo se puso bajo sus órdenes.
Con la ayuda de su abad, construyó otros monasterios, a los que impuso la estricta observancia de la regla de San Benito.
A la muerte de Franquila fue elegido abad. Su fama era tan grande, que los obispos y abades acudían en busca de su dirección y varios conventos se pusieron bajo su jurisdicción.
Fue canonizado por el Papa Clemente III en el año 1195