11 DE FEBRERO, SANTA SOTERIS, VIRGEN Y MÁRTIR
Soteris descendía de una larga línea de cónsules y altos magistrado de la antigua Roma que ocuparon importantes cargos militar y civiles.
Su gloria principal radica en el desprecio que, por amor a Cristo, sintió por su noble cuna, sus riquezas, su gran belleza y todo lo que el mundo considera tan valioso.
Desde muy joven consagró su vida y su virginidad a Dios y para evitar los peligros a que estaba expuesta, se negó resueltamente a portar cualquier ropaje o adorno que hiciera resaltar su belleza.
Su virtud la preparó para afrontar con firmeza la mayor prueba de su fe, cuando se inició la persecución de Diocleciano y Maximiano contra los cristianos.
Cuando Decio se dio cuenta que esta jovencita era Cristiana ordeno su persecución, luego cuando fue aprendida se le obligó a comparecer ante los magistrados.
Por orden del juez, abofetearon y torturaron cruelmente a Soteris, pero ella solo daba gracias a Dios por verse maltratada en la misma forma que su Salvador.
Como el juez no consiguió que la santa exhalara un gemido o derramara una lágrima, lleno de odio y soberbia ordenó que fuera decapitada.
Soteris fue sepultada en Roma, en la Via Apia.
Su cuerpo fue trasladado posteriormente por mandato del Papa Sergio II, a la iglesia de San Martino dei Monti.
La imagen de santa Soteris esta en la iglesia de la Madonna di Loreto.