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ESCUCHA EL AUDIO DEL SANTO DEL DIA, 9 DE MARZO, SANTO DOMINGO SAVIO
Domingo nació en Riva de Chieri (Italia) el 2 de abril de 1842. Era el mayor los 5 hijos de Ángel Savio, un mecánico muy pobre, y de Brígida, una sencilla mujer que ayudaba a la economía familiar haciendo costuras para sus vecinas. Desde muy pequeño le agradaba mucho ayudar a la Santa Misa como acólito, y cuando llegaba temprano al templo y encontraba cerrada la puerta, se quedaba allí de rodillas adorando a Jesús Eucaristía, mientras llegaba el sacristán a abrir.
El día anterior a su primera comunión fue donde la mamá y le pidió perdón por todos los disgustos que le había dado. El día de su primera comunión redactó el famoso propósito que dice: "Prefiero morir antes que pecar".
A los 12 años se encontró por primera vez con San Juan Bosco y le pidió que lo admitiera gratuitamente en el colegio que el santo tenía para niños pobres. Don Bosco para probar que tan buena memoria tenía le dio un libro y le dijo que se aprendiera un capítulo. Poco tiempo después llegó Domingo Savio y le recitó de memoria todo aquel capítulo. Y fue aceptado
Un día le dijo a su confesor que cuando iba a bañarse al rio escuchaba malas conversaciones. El sacerdote le dijo que no volviera a bañarse ahí. Domingo obedeció aunque esto le costaba un gran sacrificio. Y San Juan Bosco añade al narrar este hecho: "Si este jovencito hubiera seguido yendo a aquel sitio no habría llegado a ser santo". Pero la obediencia lo salvó.
Cierto día dos compañeros se desafiaron a pelear a pedradas. Domingo Savio trató de apaciguarlos pero fue posible, entonces les dijo: "Antes de empezar, mirad a Cristo y decid: ‘Jesucristo, que era inocente, murió perdonando a sus verdugos; y yo no quiero perdonar al que me ofende”. Ahora pueden arrojar las piedras contra mí". Los dos enemigos se dieron la mano, hicieron las paces, y no se realizó la pelea.
Domingo iba a visitar al Santísimo Sacramento en el templo, y en la santa Misa después de comulgar se quedaba con Nuestro Señor.
Por tres años se ganó el Premio de Compañerismo, por votación popular entre todos los 800 alumnos. Los compañeros se admiraban de verlo siempre tan alegre, tan amable, y tan servicial con todos. El repetía: "Nosotros demostramos la santidad, estando siempre alegres".
Con los mejores alumnos del colegio fundó una asociación llamada "Compañía de la Inmaculada" para animarse unos a otros a cumplir mejor sus deberes y a dedicarse con más fervor al apostolado. Y es curioso que de los 18 jóvenes con los cuales dos años después fundó San Juan Bosco la Comunidad Salesiana, 11 eran de la asociación fundada por Domingo Savio.
Un día hubo un grave desorden en clase. Domingo no participó en él, pero al llegar el profesor, los alumnos más indisciplinados le echaron la culpa de todo. El profesor lo regañó fuertemente y lo castigó. Después el profesor le preguntó por qué no se había defendido y él respondió: "Es que Nuestro Señor tampoco se defendió cuando lo acusaron injustamente. Y además a los estudiantes desaplicados sí los podían expulsar si sabían que eran ellos, porque ya han cometido faltas. En cambio a mí, como era la primera falta que me castigaban, podía estar seguro de que no me expulsarían".
Domingo empezó a toser demasiado y cada día estaba más débil, y fue enviado por unas semanas a descansar en su pueblo. Los médicos y especialistas que San Juan Bosco contrató para que lo examinaran comentaban: "El alma de este muchacho tiene unos deseos tan grandes de irse a donde Dios, que el débil cuerpo ya no es capaz de contenerla más. Este jovencito muere de amor, de amor a Dios". Y así fue.
El 9 de marzo de 1857, cuando estaba para cumplir los 15 años, y cursaba el grado 8º. De bachillerato, Domingo, después de confesarse y comulgar y recibir la Unción de los enfermos, sintió que se iba hacia la eternidad. Llamó a su papacito a que le rezara oraciones del devocionario junto a su cama (la mamacita no se sintió con fuerzas de acompañarlo en su agonía y su fue a llorar a una habitación cercana). Y a eso de las 9 de la noche exclamó: "Papá, papá, qué cosas tan hermosas veo" y con una sonrisa angelical expiró dulcemente.
A los ocho días su papacito sintió en sueños que Domingo se le aparecía para decirle muy contento que se había salvado. Y unos años después se le apareció a San Juan Bosco, rodeado de muchos jóvenes más que están en el cielo. Venía hermosísimo y lleno de alegría. Y le dijo: "Lo que más me consoló a la hora de la muerte fue la presencia de la Santísima Virgen María. Recomiéndele a todos que le recen mucho y con gran fervor. Y dígales a los jóvenes que los espero en el Paraíso".
El 12 de junio de 1954 el papa Pío XII lo canonizó.